Bautista impulsa al Eibar

Ante las dudas generadas en las últimas jornadas, el Eibar echó mano de su vieja confiable para reconducir su trayecto y poder sumar de tres. El balón parado volvió a ser su mejor aliado. Un tanto de Jon Bautista a través de un saque de esquina fue suficiente. Los armeros, que estrenaban sistema, mejoraron respecto a su última cita en Ipurua y, de no ser por su falta de acierto en el último tercio, podrían haber finiquitado antes el choque. El Eldense lo intentó en contadas ocasiones, pero Fuzato se hizo enorme bajo palos. Entre el desorden generado por su crisis institucional y los últimos resultados acontecidos (suma tres jornadas sin ganar), la preocupación crece en Elda.

Etxeberria sorprendió a propios y extraños variando un dibujo inflexible desde tiempos inmemoriales. Fiel a su 4-2-3-1 desde que llegó a Ipurua, la dinámica negativa de las últimas jornadas le hizo replantearse introducir un cambio de sistema. Chema se alineó junto a Arbilla y Arambarri para formar una pareja de tres en un once donde carecía de la figura de un mediapunta. Dani Ponz, por su parte, también cambió de cromos, aunque apostó por su clásico 4-4-2. Ian Mackay fue la gran novedad en la portería, Iván Martos lo fue en el carril zurdo y Víctor Camarasa en la medular.

En primera instancia, los alicantinos encajaron mejor las piezas. A base de largas posesiones y una presión hombre a hombre que dificultaba la puesta en escena de los armeros, el Eldense se hizo con el partido. Ortuño lo intentó desde fuera tras una salida de Fuzato, pero Arbilla emergió para meter la testa. Acto seguido, Alex Bernal también lo probó. Aunque en esta ocasión, el disparo que se marchó cerca del poste, quedaría anulado por fuera de juego. El Eibar necesitaba un punto de inflexión para reaccionar y, como ya es costumbre este curso, el momento crucial llegó desde el saque de esquina. Matheus la levantó con delicadeza y Bautista hizo el resto. El cabezazo imperial del artillero de Mahón, cerca del primer palo, superó hasta la estirada de Mackay para posteriormente acomodarse en la red.

Desde el tanto inicial, el conjunto guipuzcoano comenzó a soltarse. Incitados por la actitud propositiva de Puertas y el criterio de Sergio Álvarez en el centro del campo, los de Etxeberria dieron un paso al frente. A base de diferentes combinaciones cerca de la frontal, incluso pudieron ampliar su renta con algún disparo de Matheus o Alkain, pero no hubo tiempo para más. Tras el paso por los vestuarios, el choque continuó por los mismos derroteros, con claro dominio armero. Sin embargo, los de Elda ahora sí contraatacaban, con lo que los intercambios de golpes se propagaron. Alkain se topó de nuevo con el guardameta visitante, Sergio Álvarez con su retaguardia, y Corpas con el larguero. Mientras que Marc Mateu, Víctor García y un recién ingresado Chapela no podían superar a Fuzato.

Cerca del minuto 70 de encuentro, el envite entró en un punto de calma antes de la tormenta. El Eibar no había sido capaz de ampliar su renta y el Eldense tampoco había cumplido su acometido al no lograr la igualada. Dani Ponz no paró de intentarlo desde el banquillo. Cambió su dibujo y agotó todos sus cartuchos dando entrada a talentos ofensivos como Simo o Ropero, pero seguía sin ser suficiente. Las ocasiones dejaron de sucederse, el miedo invadió Ipurua, que a grito de “Eibar, Eibar” jaleaba a sus jugadores con tal de amarrar los tres puntos. Hasta que el descuento devolvió la agonía local. Simo se coló por el área armera y si no llega a ser por el pundonor defensivo de Kento Hashimoto, el punto hubiera sido repartido. Finalmente, el colegiado, tras comprobar junto a sus compañeros de la sala VAR que no había nada punible en un saque de esquina en el que hasta Mackay subió a rematar, acabó decretando el final del choque para alivio de Ipurua.

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