AMISTOSO | SUTTTGART 4 - ATHLETIC 0

Correctivo a los meritorios del Athletic a cinco días para la Liga

El Stuttgart endosa un 4-0 a la tercera unidad rojiblanca, muy débil durante una hora. El bloque titular cambió algo la imagen, pero no vio puerta.

ATHLETIC

El Athletic se pone en modo Liga con una sensación amarga, rondando la cabeza que su último ensayo ante el prestigioso Stuttgart fue una pérdida de tiempo. Era una cita molesta. Como si sobrara esta convocatoria bajo el calor sofocante tras la del miércoles ante el Aston Villa, la buena, la de referencia para el pulso ante el Getafe que descorcha la temporada el jueves. Varapalo de 4-0 que aún pudo ser mayor, labrado por una hora de juego con casi todos los meritorios de la plantilla. No eran ni la segunda unidad, se puede hablar de la tercera, ante un rival de Champions, y lo normal es protagonizar semejante accidente. Los titulares salieron con 3-0 para los 30 minutos finales y mejoraron bastante la imagen, especialmente con un participativo Sancet, pero, lejos de recortar distancias, aún recibieron otro tanto. Mejor borrar este simulacro de enfrentamiento del disco duro de la pretemporada. Las salidas del equipo lejos de Bizkaia han sido un quebradero de cabeza, ni un empate que llevarse a la boca.

El Stuttgart no era un rival menor, de hecho, casi todas sus apariciones estivales antes de la Bundesliga han fotografiado goleadas. Un subcampeón de la competición alemana al que se ve más hecho y rodado; eso sí, con sus primeros espadas. Valverde rompió una tradición cantada en casi todos los veranos bilbaínos: realizar en el último amistoso, el anterior al pistoletazo de salida en la Liga, un ensayo general con el presumible once para el campeonato oficial. Tal vez éste se ubica demasiado cerca como para correr riesgos. El técnico eligió al Aston Villa, un rival con más pedigrí que el Stuttgart, para ese final de los llamados a ser los grandes protagonistas de la jornada 1. Esta vez puso en liza un equipo de circunstancias, en parte por las diez bajas que tiene y, por otro lado, pensando en no recoger más quebraderos de cabeza. En Alemania juntó de inicio a once futbolistas que difícilmente se van a volver a encontrar en un terreno de juego. Lekue volvió a formar de central y pasó una tarde tormentosa. Sólo Herrera tenía el cartel de posible titular este año. El resto, meritorios, en su mayoría chavales que compitieron el año pasado, con enorme brillantez, eso sí, en el filial para ascender a Primera Federación.

RESUMEN

Stuttgart: Nübel; Stenzel, Rouaultel, Chabot, Krätzig; Karazor, Stiller; Silas, Leweling, Diehl; y Demirovic. También jugaron: Mittelstadt, Fuhrich, Rieder, Jeong, Woltemade, Keitel, Chase, Cisse, Hendriks y Undav.

Athletic: Padilla; Rincón, Egiluz, Lekue, Boiro; Jauregizar, Herrera; Olabarrieta, U. Gómez, Canales; Martón. También jugaron: Gorosabel, Paredes, Yuri, Prados, Vesga, I. Williams, Sancet, Berenguer y Guruzeta.

Goles: 1-0 (11’): Silas. 2-0 (14’): Demirovic. 3-0 (49’): Silas. 4-0 (79’): Woltemade.

Árbitro: Schlager (Alemania). Amonestó a Herrera (15’).

Incidencias: MHP Arena. 30.000 espectadores.

La verdad es que los leones fueron arrollados por el cuadro de Sebastian Hoeness, sobrino de la leyenda Uli. Tampoco es que el Stuttgart tuviera que hacer gran cosa para el 2-0 del descanso. Con toquecitos, al tran-tran, sin forzar mucho la máquina porque el calor apretaba, ganaban el área de Padilla como querían. Los goles llegaron casi sin querer. Otra vez la grieta del 1-0 tempranero, una constante este verano para los leones. Un córner botado en el minuto 11 permitió a Chabot elevarse de cabeza con suma facilidad y el balón dio en el dorsal de Silas cuando se agachaba para no entorpecer el disparo. Se coló en la meta bilbaína. Tres minutos más tarde, un pase de Kratzig a Diehl por la zona izquierda y sin vigilancia en ambos casos, permitió a este meter un pase al corazón del área, donde irrumpió sin marca Demirovic, aquel delantero forjado en el Alavés y recién fichado por el Stuttgart, para meter el segundo tanto rozando leventemente el cuero.

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No había noticias de los vascos, solo una internada de Olabarrieta con centro que no llevó a la red Martón por centímetros. La presión rojiblanca era inexistente, no había robos por ninguna zona del campo, el centro del terreno de juego no imponía su voluntad y la defensa era un coladero. Así que los primeros 45 minutos, sobraron, no arrojaron nada de luz, solo levantaron acta de una fase en la que jugaron a placer a los locales. Ante tantas facilidades recibidas, alguno hasta se permitía adornos, como una rabona de Silas para centrar desde la derecha. Estaba juguetón el congoleño, que trataba de levantar a la grada con controles florales y un pase sin mirar.

La segunda mitad siguió por los mismos derroteros, hasta que se perdió un poco el hilo por los cambios, al completo en los locales y todos menos Lekue en los visitantes en el personal de campo. Silas robó la cartera a Boiro y encaró a Padilla con caracoleo ante Lekue para hacer el tercero, el segundo en su cuenta particular. Hoeness puso en liza a Mittelstadt, Fuhrich y Rieder, tres participantes en la reciente Eurocopa. Luego renovó al resto. Y Valverde hizo lo propio de forma multitudinaria, con nueve en el minuto 60. El equipo que dejó tiene todas las papeletas para debutar en Liga, sumando a Yeray en la zaga y Agirrezabala en la meta si se recupera a tiempo: Padilla, Gorosabel, Lekue, Paredes, Yuri; Vesga, Prados: Iñaki Williams, Sancet, Berenguer; y Guruzeta. Mejorar la imagen era sencillo y se trataba de, al menos, maquillar el correctivo, que no quedara una huella de semejante batacazo antes de abrir fuego real en San Mamés.

Subieron las revoluciones los pupilos de Valverde y su presión era más intensa, así que al menos había circulaciones con el balón una vez que lo recuperaban. En el 70′, Berenguer metió un balón a Sancet que se le marchó alto. Y luego el mediapunta tuvo otra con robo y una excelente conducción, pero el disparo se le fue a la derecha de la portería. Al menos el Athletic mostraba cierto colmillo con ese paso al frente, metía un poco de miedo a los anfitriones. Pero otro error clamoroso en defensa, con un jugador de corta estatura como Jeong ganando en un salto de cabeza a Yuri, permitió al coreano ceder al gigante Woltemade, que no tuvo más que empujar la bola. Los leones entregaron ya hasta la idea del gol de la honrilla. Pero el Stuttgart quería la manita y Fuhrich hizo lucirse a Padilla, que bien necesita este tipo de acciones para subir la autoestima. Una tarde para olvidar. Tercera derrota este verano ante un rival de Champions, tras las recolectadas ante Sporting de Portugal y Aston Villa. Severo correctivo que hace estar alerta para lo importante. El Getafe. Ese será otro cantar.

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