Equidistancia llena de incógnitas

El Sporting comenzó la temporada como aspirante al ascenso; al menos, ése era el objetivo para un equipo que el pasado ejercicio se quedó a las puertas de la lucha final por subir a Primera después de 40 jornadas en los puestos de privilegio. Sin embargo, tras haber superado el ecuador del campeonato, el equipo de David Gallego navega en mitad de la tabla a la misma distancia (8 puntos) de la zona que da opción al ascenso y de las posiciones de descenso. ¿Ha cambiado el objetivo? En principio no, aunque la trayectoria y el juego del equipo generan muchas dudas.

Si hay que agarrarse a aspectos positivos, el empate en Málaga (2-2) esta última jornada ha servido para sumar el cuarto partido consecutivo sin perder (una victoria y tres empates, 6 puntos de 12). Sin embargo, en el lado negativo conviene recordar que el Sporting acumula una racha negativa con solo 8 puntos conseguidos de los últimos 39 disputados; lo que es lo mismo, en las últimas trece jornadas solo ha conseguido un triunfo --en Ibiza, para cerrar el pasado año--, cinco empates y siete derrotas.

Este Sporting genera dudas porque está lejos de su mejor versión con Gallego en el banquillo. De entrada, la seguridad defensiva de la que hizo gala la pasada temporada ha pasado a mejor vida. En la jornada 23 del último curso, Diego Mariño y su defensa habían conseguido mantener a cero la portería en diez partidos, mientras que en el presente ejercicio esa circunstancia se ha producido solo en cuatro; el Sporting ha encajado 27 goles este año, diez más que el pasado.

A esa debilidad defensiva se contropone una mayor capacidad goleadora. Otro motivo de optimismo. El gol está más repartido y sobre todo Aitor García empieza a recobrar la puntería; el onubense, que suma cuatro, ya ha doblado la cantidad de dianas que consiguió en todo el pasado ejercicio. Por su parte, Uros Djurdjevic, máximo realizador del equipo, empieza a encontrar portería con más asiduidad en esta campaña, aunque suma cinco tantos menos que en la anterior.

Pero todo son luces y sombras. El Sporting ha dejado de ser un equipo dispuesto a mandar y controlar el juego en cada partido. Esa fue la declaración de intenciones de Gallego en su presentación. "El balón tiene gran importancia para mi equipo", dijo entonces. Y así fue en la mayoría de encuentros de la pasada jornada. Sin embargo, las estadísticas de los encuentros de la actual liga indican que la posesión le preocupa algo menos al equipo de Gallego. "Nos interesaba que el rival llevase la iniciativa", admitió el técnico como plan de partido en La Rosaleda.

La Copa del Rey es motivo de alegría para la afición sportinguista que sueña con ver al equipo en los cuartos de final. Para ello deberá derrotar al Cádiz el próximo sábado en El Molinón. El triunfo sobre el Villarreal (2-1), remontando al vigente campeón de la Europa League en los dieciseisavos de final, despertó la ilusión en el Sporting pero el juego en Málaga ha vuelto a generar dudas.