LEGANÉS

A Cuéllar le salen de nuevo las alas en el Leganés

El portero extremeño evitó el empate del Logroñés con una de las paradas de la temporada. Tras la fuerte competencia de Conde, Cuéllar lució galones entre palos.

PEPE ANDRESDIARIO AS

A Iván, el Pichu, Cuéllar le volvieron a brotar las alas en Logroño. Hacía tiempo que las tenía plegadas. Pero en el momento más importante de este arranque de curso lució otra vez ese ángel que ya ha protegido al Leganés en momento relevantes de su centenaria carrera como pepinero y que, esta vez, sirvió para que el Lega volviera a tener una portería a cero. Antes ya lo logró en la primera jornada. También con Pichu entre palos.

La última vez que se vio a Cuéllar salvando a los suyos de manera tan épica fue ante el Valencia y en Primera, cuando la temporada pasada le paró un penalti a Parejo que bien pudo ser la palada de arena definitiva, la que hundiera a los suyos en Segunda. Pero tras aquello, regaló un par de vidas más a aquel equipo que, bajo la batuta de Aguirre, aún venció al Athletic (1-2) y empató ante el Real Madrid (2-2). Ahí y sólo ahí, en el último minuto, el Leganés bajó a Segunda.

La vida en Segunda

Mucho ha pasado desde entonces y eso que en tiempo tampoco ha transcurrido demasiado. Justo 90 días se cumplían ayer entre aquel funerario duelo ante el vigente campeón de Liga y este desplazamiento a Logroño. Ahora el Lega no juega por campos de Primera y los delanteros que asedian a Pichu no son Benzema, Asensio o Vinicius. En Las Gaunas, Siddiki, Olaetxea o Ruiz fueron los encargados de hacerle sacar lo mejor de sí mismo. Lo lograron.

Sobre todo Andrés Rodríguez, autor del remate que dibujó un casi empate que no fue por él. Por Pichu. Su tiro, a bocajarro, acabó en una parada épica con sabor a algo más que estirada. La acción del extremeño tuvo casi el mismo valor que un gol ya no solo por la parada per sé, sino porque sirvió para desalentar a un Logroñés que, obsesionado en el anhelo del gol, se topó con Cuéllar y sus reflejos.

La jugada recordó al mejor Pichu y, de paso, fue una suerte de respuesta a Diego Conde. El joven guardameta del Leganés había encadenado tres jornadas consecutivas de titular por la baja del propio Pichu y lo hizo destacando mucho. Con intervenciones también salvadoras y un halo de estrella emergente que incluso le hizo ser votado mejor jugador del mes de septiembre. Gracias a su intervención en Logroño, Cuéllar devolvió la confianza a Martí tras devolverlo al puesto.

Fue la suya quizá la parada del partido, aunque Yari, el arquero del Logroñés, termino con tres buenas intervenciones que le restaron protagonismo a Cuéllar. Sonrientes, uno y otro hablaron después del duelo. El joven ucranio (20 años) le pidió la camiseta al español (36). Dieciséis años entre ambos y una obsesión común: desesperar a los contrarios. En este duelo Cuéllar le ganó por la mano a su rival. Y qué mano. De ésas con alas que también ganan partidos

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