"La del Elche ha sido la renovación más importante de mi vida"

¿Cómo afrontan estas tres últimas jornadas?

"El playoff es un premio por el que estamos luchando. Vamos a pelear por este sueño; sería muy bonito clasificarse. Pase lo que pase, para nosotros esta habrá sido una gran temporada".

El Rayo marca ahora la sexta plaza. ¿Cambia mucho el escenario?

"No, para nada. Seas sexto u octavo, para estar entre los seis primeros debes ganar. Si no sumas los tres puntos, no estarás en la promoción. Habíamos pinchado en varias ocasiones y los de abajo, también. Meternos en el playoff está en nuestras manos. Hay duelos directos, es muy difícil ganar y si lo hacemos, lo conseguiremos".

Al Elche le quedan dos equipos que se juegan la vida, como Albacete y Real Oviedo, y un rival que también aspira al playoff. ¿Cómo valora el calendario que resta?

"No sabría decir si es mejor o peor jugar ante los de arriba o frente a los de abajo. Todos quieren ganar, tanto los que luchan por salvar la vida como los que lo hacen por un objetivo tan bonito como es el ascenso. Sí que es verdad que aquellos que ya están salvados también son peligrosos porque juegan sin presión".

¿A qué se debe que esté costando tanto volver a ser aquel conjunto que brillaba en marzo?

"El Elche es un equipo que necesita tener el balón porque físicamente no somos tan fuertes. Somos futbolistas de toque y de tener la pelota. Ya le costó al vestuario arrancar en verano y ahora igual. Si no jugamos con la posesión, será difícil que por físico podamos pasar por encima de los rivales".

El Albacete se juega la salvación. ¿Cómo afrontan este duelo?

"Tan necesario es ganar para que ellos se salven como para nosotros seguir con la ilusión del playoff. Vamos a salir a ganar desde el minuto cero. Buscaremos el balón y hacerles daño con nuestras armas. En nuestro planteamiento no pasa la opción de especular con el resultado".

Josema está terminando muy bien la temporada. Hasta marzo no había jugado nada. ¿Se debe a que está más ligero de piernas que el resto?

"Puede ser que estar descansado haga que ahora físicamente tenga esa chispa para estar bien. Hay jugadores a los que les cuesta empezar y que, poco a poco, van cogiendo el ritmo. No todos los cuerpos aguantan igual el cansancio".

Viendo su nivel, uno no se explica por qué no jugó en el Extremadura. ¿A qué se debió?

"He estado unos años desaparecido del fútbol por culpa de unos problemas personales. Cuando estaba en el Almería, a mi madre le detectaron un cáncer y me vine abajo moralmente. Regresé a Murcia para estar cerca de casa y allí hice mi mejor temporada. Después fiché por el Córdoba y llegó un momento en el que le dije al entrenador que no me veía capaz de jugar. Emigré a Francia para intentar hacerme fuerte, alejándome de la familia y los amigos, pero apenas salía de casa. Sólo para entrenarme, estaba triste. Volví a Tarragona y seguía igual. No sabía qué hacer, si seguir jugando al fútbol o no. El pasado verano me recuperé bastante y fiché por el Extremadura, pero llevaba tiempo sin competir y me faltaban fuerzas. El entrenador tenía a sus centrales y quizá no se fiaba de ponerme por mi situación. Eso me sirvió para aprender otras cosas y, por suerte, el Elche se cruzó en mi camino".

¿Llegó a pensar en dejarlo?

"Hubo un momento en el que el fútbol me daba igual porque lo más importante era mi madre. Si he seguido es porque esto me gusta. Opté por jugar cerca de casa para no dejarlo, aunque no sabía qué pasaría. En Córdoba viví una etapa dura. El proyecto era ambicioso, pero las cosas no salieron y siendo tan joven no estaba acostumbrado a tanta crítica y al mal ambiente. Pillé una depresión y le dije al entrenador que no podía jugar. Fui dando tumbos sin encontrarme con las buenas sensaciones. Quiero esta profesión y ahora sé que valió la pena apretar los dientes y aguantar".

¿Temió que en el Extremadura volviese a vivir la mala cara del deporte?

"Al revés. Allí era feliz, aunque no jugara. Sentía que mi cuerpo y mi mente iban muy bien. La recuperación de mi madre también me ayudó a volver por mis fueros".

Y apareció el Elche…

"Sí, y ahora esta renovación, como le he dicho a mi familia y a mis amigos, ha sido la más importante de mi carrera. Hace un año no sabía si seguiría jugando y, ni mucho menos, si iba a hacerlo en Segunda. Pensé que era mejor dar un paso atrás y empezar desde cero en Segunda B. Ahora sé que puedo demostrar que estoy en condiciones".

¿De quién se acuerda?

"Familia al margen, de Pacheta y de Joaquín Vigueras. Mi representante me convenció para fichar por el Elche, me incitó a que creyera en mí otra vez. Yo no sabía si estaba preparado en este momento para seguir en Segunda. En el Elche me he encontrado con un gran entrenador. Y sé que el club confía en mí, como lo ha demostrado. Me sorprendió que cuando Gonzalo (Verdú) cumplió sanción, el entrenador vino y me preguntó: ¿Estás preparado para jugar? Hacía mucho tiempo que alguien no confiaba en mí y me hizo muchísima ilusión".

Lo ha jugado todo, hasta de lateral izquierdo…

"Eso fue un parche por las bajas de Juan Cruz y Andoni. Llevaba muchos meses sin entrenarme ahí. Me dediqué a defender y le dije a Fidel que no podría ayudarle mucho arriba, pero que no se preocupara de volver que ahí estaba yo".

¿Se jugaría un café a que el Elche juega el playoff?

"Me lo tengo que jugar. De lo contrario debería quedarme en mi casa. Es lo que hay que pensar, empezando por ganar al Albacete".

¿Y qué hace falta para conseguirlo?

"Un poco de todo. Siempre se puede dar más. Debemos sacar lo que tenemos y acabar los partidos muertos, sin poder movernos. Se podrá jugar mejor o peor, pero ahora sólo importa ganar. Hay que apretarse el cinto y competir al máximo, metiendo el gol aunque sea con el culo".

Por último, ¿con qué sueña Josema?

"El fútbol es un deporte en el que debes tener motivación. Cuando estás mal no vale ni el dinero ni estar en un grande. Mi ilusión es jugar en Primera para, a partir de ahí, llegar lo más lejos posible. Y si puedo conseguirlo este año, mucho mejor".