LAS PALMAS

David García, el "eterno capitán" que no pudo terminar su obra

Una marcha inesperada por la puerta de atrás, tras una decisión deportiva inexplicable para la afición amarilla, impidió al de Maspalomas cumplir su sueño de retirarse en el club de su vida.

Las Palmas de Gran Canaria
Carlos Diaz-RecioDIARIO AS

El jugador que más partidos oficiales ha disputado con la camiseta de la Unión Deportiva Las Palmas, David García, con 474 encuentros a sus espaldas, protagonizó el pasado verano uno de esos acontecimientos nuevamente desagradables para una inmensa mayoría de los seguidores del conjunto insular que, a día de hoy, siguen sin conocer el motivo de la salida del que fuera su capitán.

Tras 16 temporadas seguidas en las filas amarillas, pasando por Segunda División B, Segunda y Primera a lo largo de toda su trayectoria, durante el pasado mercado de fichajes veraniego fue uno de los jugadores sacrificados por la nueva dirección deportiva, dirigida en aquel entonces por Rocco Maiorino, tras los desmanes presupuestarios del año anterior, o eso se puso como excusa por parte de la entidad para prescindir de sus servicios, al igual que con los de Momo, ahora en el cuerpo técnico.

Si algo distingue a los grandes equipos de los mediocres es cómo tratan a sus leyendas en momentos puntuales, tanto en las renovaciones como en las despedidas. Ejemplos tenemos varios en la élite con los enormes reconocimientos profesados por el FC Barcelona hacia figuras de la talla de Iniesta y Xavi, así como las salidas por la puerta trasera de Casillas y Raúl en el Real Madrid. Estas son solo algunas de las demostraciones de que las cosas se pueden hacer bien o rematadamente mal y aquí, sin duda, podríamos encasillar a la UD con el trato a David García.

Pifia veraniega de la dirección deportiva

El pasado verano, después de un año deportivo horrible, el capitán disputó nada más y nada menos que 22 partidos, terminado la temporada en un gran estado de forma, fijo en las alineaciones de Mel, por delante de fichajes como Ayhtami Artiles, Deivid o Mantovani, este último adquirido el año anterior y que fue cedido al Huesca a mitad de temporada. De hecho, desde la entidad se deslizaba que tanto Miguel Ángel Ramírez como Pepe Mel querían su continuidad, pero la supeditaban al exceso de fichas y al fair play financiero impuesto por la Liga, que impedía a la UD maniobrar en altas hasta no lograr más salidas, una situación que incidió directamente en este caso al no ser capaces desde el club ni de dar salida a un Mauricio Lemos, que ha demostrado este año que no está para ser titular, y un Deivid que ha tenido que salir cedido porque Mel no contaba con él.

Finalmente, todo este efecto mariposa provocó su salida al Tamaraceite, casi un “filial amarillo”, de la Tercera División, con la promesa de que “Ramírez me deja abierta la puerta a volver a Las Palmas", dijo el central a su marcha, confirmando posteriormente su resignación, ya que "al final lo que quería es jugar y esta es la mejor opción; ha sido un verano muy duro para mí porque nunca había estado tantos meses parado".

Insignia de oro y brillantes y un campo a su nombre

Con el objetivo de enmendar su error y otorgarle el reconocimiento merecido por su trayectoria, el club concedió a finales de 2019 la Insignia de oro y brillantes de la entidad en el tradicional almuerzo navideño, no sin antes sumar una nueva “muesca a la culata” con un acto organizado previamente que se tuvo que cancelar porque “por un tema de mi nueva empresa no pude acudir, pero eso se va a retomar. Es un tema importante para mí y para el aficionado”, comentó el futbolista del Tamaraceite. Además, en esas mismas fechas pudo reencontrarse con la que fuera su afición en un homenaje antes de la cita con el Rayo Vallecano, haciendo el saque de honor y recibiendo su camiseta conmemorativa.

Previamente a esos agasajos, la UD inauguró la nueva Ciudad Deportiva de Barranco Seco en la que uno de los tres campos de las instalaciones lleva su nombre, asistiendo el propio jugador a dicho acto.

En definitiva, como decíamos antes, los equipos con señorío se diferencian de los mediocres por cómo tratan a sus leyendas, juzguen ustedes mismos.

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