CÁDIZ 0 - OSASUNA 0

Cádiz y Osasuna empatan y el ascenso ‘rojillo’ tendrá que esperar

Empate en Carranza que deja a Osasuna a la espera de que el Albacete no gane para poder celebrar el ascenso. El Cádiz ve peligrar el playoff. Partido muy igualado en Carranza.

Tendrá que esperar Osasuna a lo que haga mañana el Albacete ante el Granada para saber si puede celebrar ya el ser equipo de Primera División. En un partido más que igualado en el Ramón de Carranza, el punto fue lo más justo. Ambos equipos buscaron hacer daño a su rival con sus mejores armas, pero los buenos ataques se encontraron con unas buenas defensas. El punto final no dejó muy contento al Cádiz, que depende del Depor, mientras que a Osasuna solo le supone esperar para celebrar el ascenso.

Si algo reinó sobre el césped desde el principio fue el respeto entre los dos equipos. Cada uno en su filosofía de juego e intentando no complicarse en demasía buscaban crear peligro. A Osasuna se le notaban los nervios de estar jugándose ser equipo de Primera División, pues era difícil ver a Aridane y David García sacar el balón limpio desde atrás. Muchas imprecisiones que la velocidad del omnipresente Jairo se encargaba de que fueran a mayores. El Cádiz, por su parte, hacía todo lo posible para agarrarse a la fase de ascenso.

No hubo grandes ocasiones en la primera parte, en la que se vio a un Cádiz mucho mejor plantado en el campo. Salvo un contragolpe de los navarros y varios saques de esquina, los ‘rojillos’ tuvieron complicado conectar con sus hombres de arriba. Juan Villar y Rubén García muy aislados. Todo lo contrario que Querol, que no cesaba de buscar espacios peleándose con los centrales osasunistas y recibir prácticamente siempre de espaldas a portería.

Más allá del ansia de Osasuna por llegar a la portería de Cifuentes, en la segunda parte se vio un partido más equilibrado, y eso que los de Arrasate consiguieron pisar más el campo amarillo. Pero claro, al Cádiz el empate empezaba a parecerle un resultado corto, así que Cervera agitaba el banquillo y apostaba por dar entrada a Salvi, Rennella y Manu Vallejo, llegando a quitar incluso al lateral izquierdo. Los cadistas necesitaban sumar de tres para no depender del Deportivo de La Coruña.

Se iba llegando al tramo final del partido y el balón volaba de campo a campo empujado más por el corazón que por el juego. El técnico de los pamplonicas metía pólvora fresca arriba con Brandon y Xisco, pero tanto en Osasuna como en el Cádiz se repetía el mismo problema: no aparecía el último pase. Cuando llegó, fue para que Luis Perea, solo en el punto de penalti, enviara la pelota por encima del larguero a falta de cinco minutos. A partir de ahí, los dos equipos sorteaban la pelota por el aire hasta que el árbitro decretó el final del choque y el reparto de puntos. Justo, visto lo visto.

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