CÁDIZ

Güiza se reencontró con el cadismo visitando al Cádiz B

El que fuera delantero del Cádiz de 2015 a 2017, protagonista del retorno a Segunda en Alicante, se enfrentó al Cádiz B con la camiseta del Atlético Sanluqueño.

Javi Quiñones

En la mañana de ayer, en la Ciudad Deportiva, el Cádiz B se vio las caras con el Atlético Sanluqueño para disputar el encuentro correspondiente a la jornada 34 del Grupo X de la Tercera División. Una cita que ha dejado momentos especiales en el lugar en el mismo terreno de juego en el que se ejercita el primer equipo del Cádiz.

La visita del conjunto de Sanlúcar de Barrameda a El Rosal ha producido el retorno del delantero centro Dani Güiza a la que durante dos años fue su oficina de trabajo, ya que entre 2015 y 2017 defendió la elástica amarilla. Con ella, pasó de villano a héroe al ser protagonista del ascenso a Segunda en Alicante en junio de 2016.

Tuvo el jerezano que ganarse el cariño de una afición que al principio rechazó su fichaje a base de trabajo y que finalmente recibió diversas muestras de cariño cuando, entre llantos, anunció su despedida en una emotiva rueda de prensa celebrada en Carranza. En julio de 2017, días después de dicha despedida, fichó por el Atlético Sanluqueño, equipo de la ciudad donde reside.

Con una sonrisa de oreja a oreja, Güiza paseaba desde bien temprano por las instalaciones deportivas antes, durante y después del encuentro. Mientras sus compañeros se preparaban para el partido, observaba el partido del Cádiz Femenino, que precisamente se enfrentaba al Atlético Sanluqueño, sin cesar en los saludos a todo el personal con el que se cruzaba. Las muestras de cariño fueron mutuas.

Ya al saltar a la banda a calentar, el público cadista que llenaba la grada de El Rosal le regaló aplausos y, cuando Rafael Carrillo decidió que entrara para buscar el gol del empate, al saltar al campo volvió a recibir una fuerte ovación. Güiza fue el encargado de sacar el córner que permitía a su equipo empatar el encuentro, abandonando la Ciudad Deportiva con un empate y, por supuesto, con la misma sonrisa con la que llegó.

Una vez terminado el partido, cuyo resultado fue bien tomado por el delantero al tener el corazón dividido, muchos aficionados del Cádiz le esperaron para pedirle autógrafos y hacerse fotografías con él. Mañana emotiva para el jerezano, que salió repleto de felicidad de la que fue su Ciudad Deportiva donde dos años llenos de momentos.

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