El derbi vasco matinal del domingo tenía todos los ingredientes para ser un partidazo. Eibar y Alavés, rivales habituales en todas las categorías del fútbol en España volvían a verse las caras en un día en el que el mal tiempo decidió dejar de asomar la cabeza. Además, la posible certificación de la permanencia del conjunto visitante sumada a la inesperada opción de ponerse a tan solo cuatro puntos de Europa de los locales ponía el morbo total al encuentro.
La intensidad fue protagonista en los primeros compases del partido. Ambos conjuntos salieron como motos de los vestuarios dispuestos a someter a su rival. Sin embargo, fue el Alavés el que se aprovechó de un error de Arbilla para anotar el primer tanto del encuentro. Un jugadón de Sobrino, definido por Guidetti puso a los visitantes por delante en el minuto cuatro, rompiendo por completo el partido, si alguna vez estuvo ordenado.
Arreones del Eibar, contraataques del Alavés. Así podría resumirse una primera mitad en la que desde el gol, el buen trabajo defensivo en ambos bandos brilló con luz propia. Con un tiro a puerta del Alavés en toda la primera mitad, cero a uno para los visitantes y jugadores camino al vestuario.
Como si quince minutos de descanso no hubieran pasado, la segunda mitad comenzó con un ritmo endiablado. Las acometidas del conjunto armero fueron poco a poco yendo a más, con cinco córneres consecutivos en los primeros 8 minutos. Poco más que contar. La trama de la segunda mitad se basó en una ida y vuelta que aparte de marear al público, apenas contó con ocasiones claras.
El Eibar se dedicó a meter leña al fuego arriba, y el Alavés justo lo contrario para acaba un partido que acabó con una derrota más de los locales.