SEVILLA 0 - VALENCIA 0

Alves gana, Rakitic llora

El centrocampista croata falló su tercer penalti de la temporada y el portero brasileño paró el 14ª de su carrera. Ricardo Costa y Cheryshev, expulsados.

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El Sansón del Sevilla, Rakitic, también tenía un talón de Aquiles. El croata, intimidado por sus fantasmas y la imponente estadística de Diego Alves, que ha parado 14 de 31 de penaltis en España, falló por tercera vez esta temporada (antes en el Bernabéu y contra el Levante).

Sea o no por el ruido que hizo el arbitraje de Teixeira Vitienes II en el Sánchez Pizjuán ante el Barça, el aire arbitral le dio esta vez de espalda al Sevilla al principio. El Valencia se quejó por un penalti a Feghouli no señalado, la expulsión rigurosísima de Ricardo Costa y el penalti de Bernat, que no podía desaparecer. A cambio, el catalán equivocó el lugar de la mano de Ricardo Costa y la sacó fuera del área. La tendencia, al menos hasta los últimos minutos, fue indiscutiblemente casera aunque en el ardor del final reclamó dos penaltis a Fazio (fue) y Cheryshev.

El partido pareció girar en el minuto 50, con la expulsión de Ricardo Costa. Hasta entonces el Sevilla había vivido de Rakitic en la primera parte (su influencia en el juego hace que el equipo le coja pereza a explorar otras soluciones) y el Valencia de los errores defensivos del rival que estuvo a punto de castigar en un par de acciones de Fede Cartabia. Pizzi no se cortó después de la roja. Introdujo a Senderos y puso un autobús naranja. Fue retirando paulatinamente a sus futbolistas de talento y apostó por el 0-0. El plan parecía arriesgado, porque con cuarenta minutos por jugar era difícil apostar que el Sevilla no marcase. No hay imposible, sin embargo, gracias a la irregularidad del Sevilla, que poco después de la expulsión falló el penalti. Entonces se deprimió. Se apagó con el paso de los minutos y terminó dejando una imagen preocupante. A empujones pero sin ideas y con pocas alternativas. Reyes pasó del partido, Bacca encontró buena respuesta en Mathieu y Vitolo se perdió en conducciones imposibless. Pizzi ganó en la pizarra.

Así y todo el Sevilla le puso voluntad y terminó volcado, con una oportunidad magnífica de Bacca sobre la hora y un par de penaltis más reclamados por Fazio y Cherysev. Fue un ataque, sin embargo, desde el desorden. Al Sevilla se le ven las costuras cuando Rakitic no puede lanzar ni los extremos correr. El partido, en fin, elevó a Diego Alves, que aterrizó en España precisamente con Emery de entrenador en 2007. En Almería ya ganó fama de buen parapenaltis, aunque él siempre le adjudicó parte del mérito a una medalla de la Virgen de la Aparecida que pone detrás de su portería.

El Valencia tuvo difícil análisis porque pareció ser más en la primera parte y estaba jugando en progresión. La roja le hizo reflexionar y anuló sus planes de ataque. Decidió centrar sus esfuerzos en defenderse y lo consiguió gracias a lla categoría de Mathieu, que compitió bien con Bacca y estuvo impecable y cacique en la defensa

Los sueños de Champions de Valencia y Sevilla se esfuman. Dos equipos lejos de sus mejores días que tratan de arrancar pero gripan. Lo de esta vez, aun así, debe dejar más preocupado al Sevilla que al Valencia. Su incapacidad resultó frustrante

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