Andrea Pirlo está recuperado y el 3-5-2 es una realidad

La selección y los aficionados italianos respiran más tranquilos. Su hombre clave en el centro del campo, Andrea Pirlo, que el miércoles no pudo terminar el entrenamiento vespertino por una sobrecarga, sí estuvo presente en las dos sesiones de ayer y en principio estará disponible para Prandelli en el partido del domingo.

 Los medios italianos hablaron de una "fatiga muscular" cuando saltó la noticia de su ausencia, pero la federación italiana ya había anunciado que se trató de una medida de precaución para evitar males mayores. Pirlo es un jugador determinante en la selección azzurra y con él prima más el gusto por la posesión de lo que lo había hecho siempre con Italia. De hecho, sus ausencias fueron decisivas en los últimos grandes fracasos. Primero en la Eurocopa de 2008, cuando estuvo sancionado ante España en el partido de cuartos, y después en el Mundial de Sudáfrica, al que llegó lesionado para los dos primeros partidos.

Por si esto ocurriera, el seleccionador Cesare Prandelli tiene preparado un recambio. Se trata de Davide Astori, del Cagliari, que ayer se entrenó junto al resto de sus compañeros después de que hubiera aterrizado en Cracovia la noche anterior. El técnico deberá decidir hoy, 24 horas antes del debut en el torneo, tal y como dicta la normativa UEFA, entre confiar en una recuperación de Barzagli o sustituirle por su recambio Astori.

Lo que sí parece claro es que las lesiones obligarán a cambiar el dibujo habitual de Italia. Se da ya por hecho que Prandelli utilizará un 3-5-2 con De Rossi en el puesto de central y Motta ocupando su espacio en el mediocampo. Otro que podía ganar el puesto de forma inesperada es el lateral del Milán Abbate, que ayer ensayó con los titulares ante las molestias físicas y el mal momento del napolitano Maggio. El once italiano se va definiendo. Y en él estará, salvo hecatombe, Andrea Pirlo.