GRUPO C | ITALIA

La selección italiana se prepara donde el fútbol fue clandestino

En el barrio de Zwierzyniec se siguió jugando en plena ocupación nazi

Cracovia (Polonia)

Los ancianos pasean sin prisa por las calmadas calles de Zwierzyniec. El tiempo parece detenerse entre sus casas bajas y sus parques. Nada perturba la paz en este periférico y católico distrito de Cracovia en el que Italia prepara el encuentro del domingo ante España. Las campanas de la capilla Blessed Bronislawa suenan cada hora alegres y con una sensación de profundo respeto. La fe cristiana es grande entre los 20.154 censados del barrio. Cada vez menos. Muchas cruces recuerdan a los que ya no están.

 En una de sus calles más concurridas, la Aleja Marsalzka Ferdinanda Focha, se levanta el coqueto estadio Jozef Pilsudski, hogar del KS Cracovia y remodelado en 2010 casi a gusto de la UEFA para que pudiera acoger los entrenamientos de Italia en la Eurocopa.

Casi enfrente, en pleno parque Jordana, se levanta el más imponente Miejski, estadio del Wisla de Cracovia. Y en esa misma acera, a unos 800 metros al oeste, aún sobrevive la pequeña ciudad deportiva del Juvenia, club que desde 1973 sólo preserva su sección de rugby aunque sus campos de fútbol los utiliza otro equipo del barrio, el Zwierzyniecki.

Clandestinidad.
Tres escenarios, tres pilares, para recordar que fue precisamente en este kilómetro cuadrado donde el fútbol sobrevivió a la mayor de las barbaries conocidas. Fue durante la ocupación nazi de Cracovia en la II Guerra Mundial, en 1940, cuando el gobernador general Hans Frank prohibió cualquier tipo de asociación integrada por polacos, incluidos los clubes deportivos. También los partidos entre ellos, por supuesto.

Muchos de los que desoyeron la orden fueron detenidos y ejecutados, pero el amor por este deporte y el afán reivindicativo hicieron que en Zwierzyniec se iniciara una corriente para jugar una liga de forma clandestina. Y así ocurrió.

El torneo arrancó ese mismo año en la ciudad deportiva del Juvenia y cada vez adoptó más equipos. Según crónicas de la época, los partidos se jugaban al anochecer para no llamar la atención de los oficiales. También hay relatos que dicen que más de una vez fueron descubiertos, aunque jamás delatados. Es más, les gustaba ver jugar a unos y otros y acabaron por aficionarse.

Así, la liga clandestina se fue extendiendo por toda Cracovia y convirtió a Zwierzyniec en el foco futbolístico y reivindicativo de la ciudad. Sólo el incremento del terror en 1944 mermó algo este espíritu guerrero y combativo. Espíritu que aún hoy se recuerda con orgullo y pasión entre los cracovianos. Y espíritu del que trata de contagiarse la selección italiana de cara a la Eurocopa. En el nido del fútbol clandestino. En qué mejor lugar si no.

Lo más visto

Más noticias