Dos años de propina que acaban en frustración

Carles Puyol tenía decidido dejar la Selección justo después del Mundial de Sudáfrica. Eufórico después de la final, su internacionalidad número 90, se abrazó a Casillas y luego, cuando repartieron las camisetas con la estrella, la mostró orgulloso a la cámara. Ese debía haber sido el punto final al combinado nacional del capitán del Barcelona. Sin embargo, hubo algo que cambió su decisión. Concretamente, una conversación a la vuelta de Johannesburgo con el entonces director deportivo, Fernando Hierro, terminó de convencerle. "He decidido continuar dos años más con la selección después de hablarlo con los compañeros, el seleccionador, Fernando Hierro y mis amigos", dijo entonces.

Puyol, que tenía claro que había cumplido una etapa con la Selección, se vio con fuerzas renovadas por su gol en la semifinal ante Alemania, el apoyo de los compañeros y el buen ambiente que Del Bosque generó en toda la fase final. Aquella decisión se vuelve hoy más amarga para Puyol, que debutó con la Selección en 2000 y que, ya camino de los 35 años, probablemente esté obligado a despedirse de la Selección.