El Bayern se lo toma como un ensayo para recibir al Real Madrid

Tras lograr una victoria cómoda (0-2) en la ida de cuartos en Marsella, el partido de hoy es una cuestión puramente formal para los hombres de Jupp Heynckes. Aunque en Múnich nadie lo quiera reconocer, tanto la afición como el club ven ya la semifinal contra el Real Madrid.

Los bávaros llegan con la moral por las nubes después de la victoria de liga en Núremberg, que les ha permitido recortar a tres puntos la distancia con el líder, el Borussia Dortmund. El Bayern girará en torno a Ribéry y a Robben, quien se dice está a punto de renovar hasta 2015, y tiene la oportunidad de ganar los tres grandes títulos, la Bundesliga, la Champions y la Copa.

Todo lo contrario le ocurre al Olympique de Marsella, perdido en tierra de nadie en la tabla con 40 puntos en 29 partidos. El Marsella, al menos, llegará descansado al duelo con los alemanes ya que su partido frente al Montpellier, líder de Francia, ha sido aplazado al 11 de abril.

El Bayern contará con la baja del sancionado Schweinsteiger. El centrocampista cometió en la ida una falta completamente innecesaria contra el capitán del Olympique, Matthieu Valbuena, llevándose la tercera tarjeta amarilla. Sin embargo, Jupp Heynckes ha negado rotundamente que se tratara de una falta táctica: "No me gustan ese tipo de acciones calculadas". Las declaraciones del jefe del club, Rummenigge, van por la misma línea que las del técnico: "Nosotros no provocamos intencionadamente una amarilla. Eso no sería juego limpio y el Bayern es un símbolo del juego limpio". Una opinión que no comparten todos en Alemania.