Liga BBVA | Athletic 1-Málaga 1

Más pitos que aplausos

Enfado de la grada ante la impotencia y escasa ambición del Athletic. El Málaga, mejor con once y también con diez. Ambos sellaron sus objetivos

Jose L. Artetxe

Caparrós fue quien más celebró el punto que obtuvo anoche el Athletic, que certifica su presencia en Europa la próxima temporada. Los ostensibles gestos de alegría del técnico con el pitido final contrastaron con el abucheo de buena parte de la afición, disgustada por el pobre juego de su equipo, la nula ambición exhibida y, en definitiva, por la impotencia observada para imponerse a un Málaga que fue muy superior mientras se jugó once contra once y no inferior tras la expulsión de Demichelis.

Llegó el Athletic a la meta marcada, pero no por la vía que hubiese sido deseable. El equipo está seco hace semanas y ayer empató con mucha suerte ante un conjunto más entero, con imaginación, talento y buen gusto en el trato a la pelota. De no haber mediado la extraordinaria circunstancia que supone disponer de dos penaltis en un minuto, cuesta pensar en cómo hubiesen los rojiblancos adecentado el marcador.

Por su arranque se diría que el Málaga vino a buscar abiertamente su sexta victoria consecutiva. Tomó el balón y acertó a moverlo con criterio y agilidad. Muy pronto provocó varios córners, Baptista gozó de una buena oportunidad para prolongar su racha e Iraizoz tuvo que salir del área dos veces para evitar más problemas.

De salida los andaluces, cuando menos, mostraron hallarse con confianza, a gusto con su fútbol, que fue el único que se presenció durante todo el encuentro, lo que resultó significativo y en la segunda mitad encendió a la grada.

El Athletic no era capaz de cogerle el hilo al partido, las posesiones no le duraban, Orbaiz no tenía con quién ligar y casi todo su esfuerzo iba enfocado a contener al rival.

A la media hora dio el Athletic por fin una señal de vida: Muniain provocó la primera amarilla de la noche y David López sacó la falta con picardía, obligando a Caballero a sacar el envío sobre la misma línea de gol con el pie, cuando se esperaba el centro por arriba.

Seguido vinieron un par de situaciones más asimismo comprometidas en el área malagueña y Castillo volvió a exigir a Caballero con un duro disparo por alto que acabó en córner. El choque tomaba otro cariz más acorde a la previsto, aunque el Málaga en absoluto se dejó apabullar y Juanmi gozó entonces de la mejor ocasión: recibió un magnífico pase de Maresca al hueco, superó la salida al límite de Iraizoz y empujó a puerta vacía. Amorebieta llegó justo a tiempo para evitar el gol que ya se cantaba.

Antes del descanso, Recio hizo justicia a cuanto había sucedido antes y cruzó fuera del alcance del portero en un fallo colectivo de la zaga. Dos minutos después, Iraizoz abortó lo que hubiese sido muy grave para el Athletic al neutralizar un intento de vaselina de Baptista con la zaga a contrapié.

En el añadido, Amorebieta cabeceó picado en una falta, pero Caballero estaba en su sitio. El origen de la acción fue un avance de Muniain, el único rojiblanco con chispa para generar problemas a un Málaga muy serio y cómodo.

Doble penalti.

El panorama experimentó un vuelco del todo inesperado, por lo rocambolesco del lance, que nació en un supuesto derribo de Demichelis a Llorente a la salida de un córner. El árbitro lo vio claro y señaló once metros. El argentino se fue para la caseta y David López estrelló el tiro en la madera, pero el rechace lo controló con un brazo Eliseu y López afinó su puntería en el segundo intento.

Pellegrini metió otro central y el Málaga se dispuso a sufrir, pero fiel a su idea original, teniendo el balón, lo que logró con cierta frecuencia pese a su inferioridad. Lógicamente, subió menos, pero la disposición del Athletic, huérfano de ideas y de fuelle, dio lugar a una situación que provocó las quejas de la grada, disgustada con la escasa mordiente de los suyos. El relevo de un agotado Llorente tampoco agradó. Igual que la tardía incorporación de Iturrraspe. Y así, entre muestras de desaprobación, murió un choque que deja en el aire la posición que ocupará el Athletic en la Liga Europa y premia a un notable Málaga con la ansiada y merecida permanencia.

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