Atlético 0 - Real Madrid 1 | Gritos contra el luso
Turienzo no reflejó en el acta: "Mourinho, muérete"
El grito se escuchó en el Calderón desde el gol de Cristiano
En el Calderón se volvieron a escuchar anoche los gritos de "Mourinho muérete, Mourinho muérete". El cántico empezó el lunes en el Atlético-Mallorca y el árbitro Ayza Gámez lo dejó reflejado en el acta arbitral. Anoche continuó. Los atléticos lo empezaron a cantar justo antes del gol de Cristiano en el minuto 22 y lo volvieron a repetir en el 77. El portugués, moviendo las manos hacia arriba y asintiendo con la cabeza, parecía pedir más, en claro signo de desaprobación. Esta vez Turienzo Álvarez no siguió la estela de su compañero y no puso nada al respecto en el acta arbitral (Valdano, al final del partido, lo reclamó. "Hoy con más razón que el otro día porque el protagonista está en el terreno de juego", dijo). Cristiano tampoco se libró de los cánticos y tuvo que escuchar más de una vez: "Cristiano, sal del armario".
Pero realmente el derbi comenzó en La Dorada a mediodía. Para la comida de directivas el Atlético había reservado sitio para 40 comensales. Falló Eduardo Fernández de Blas, que estaba en Valladolid.
No hubo muchos chascarrillos. Lo que sí detectaron los dirigentes del Atlético es que la cosa con Mourinho estaba regular. "Eso no acaba bien", decían los rojiblancos tras notar el ambiente crispado que se vive en el Madrid estos días.
"Aquí siempre nos tratan muy bien", comentaron los directivos madridistas. Y en el descanso lo corroboraron los atléticos: "Mira si os tratamos bien, que ya nos vais ganando". A Valdano se le veía tranquilo, con el semblante sonriente. No daba sensación de estar en mitad de un plebiscito con su técnico. Kun Agüero, el gran ausente, vio el partido desde el palco con su hijo Benjamín en su regazo. Le cambió la cara cuando marcó Cristiano.
Cuando quedaba un cuarto de hora, la zona noble se empezó a vaciar. Los atléticos se marcharon tocados porque se repite la historia y ya van 20 partidos sin ganar al Madrid (18 de Liga y los dos de Copa). Por contra, los madridistas abandonaron el Calderón confiados en ganar su primera Copa en 18 años. "Eso sí, que no nos toque el Barça en la final", decía a modo de plegaria un directivo cuando abandonaba el coliseo del Manzanares.