Copa del Rey | Sevilla-Villarreal

El Sevilla se fía de la tradición y de sus fieles

Defiende en Nervión el 3-3 ante el Villarreal y cree en Navas y Negredo

miguel ángel morenatti

Si manda la tradición, la de la última década y la de toda la vida, no hay color. El Sevilla, cinco veces campeón, debe clasificarse para su quinta semifinal de Copa del Rey en los últimos siete años. Y, por supuesto, defiende el título. El Villarreal nunca ha pasado de cuartos. Pero si manda el presente y seguramente el fútbol, el pronóstico se viste de amarillo. El Villarreal es tercero en la Liga, su fútbol ilusiona. Rossi es inabordable, Cani hace goles desde el centro del campo y empieza a oler a Selección, y Borja Valero, el centrocampista que quería Monchi, es el arquitecto amarillo. Y el Sevilla, 26 puntos en la Liga, languidece... ¿O no tanto?

Porque el Sevilla no ha demostrado grandeza en su fútbol en los últimos tiempos. Pero, y lo recordó bien Del Nido, ha cumplido cada uno de sus objetivos en los últimos siete años. El 3-3 de la ida además alimenta la sensación de equilibrio teórico. El Sevilla tiene motivos para animarse. Su afición volverá a arroparle en una situación límite, exactamente igual que hizo un par de meses ante el Borussia Dortmund, otro peligro amarillo. Entonces el Sevilla empató (2-2). El resultado también le clasificaría hoy. Se trata de no perder...

Y, por supuesto, al sevillismo le ha tranquilizado la renovación de Navas. "No entiendo este club sin él", resumió Del Nido. Navas hasta 2015 pero con 25 millones de euros menos de cláusula. Pero Navas se queda para ganar títulos. Y para ayudar a conquistarlos. Manzano también se agarra a él pero está obligado a más cosas. Especialmente a poner fin a la cadena de errores defensivos que le convierten en uno de los peores equipos locales del campeonato. A llenar de confianza a sus jugadores de banda y a fiarlo todo en Negredo y Kanouté. El primero, un bisonte en plena forma que le está quitando el sitio a Luis Fabiano. El segundo, el que nunca falla en las grandes citas.

El Villarreal que aterriza esta mañana con todo hace goles como churros. Garrido sospecha que al Sevilla le pueden temblar las piernas y jugará con todo. Huele también cierta debilidad del Madrid y sueña con la final. Por eso no reparará en cargar con un partido más a sus estrellas: Capdevila, Cani, Borja, Ruben, Rossi. La sobrecarga también es un riesgo. Y la presión. El Villarreal debe demostrar que puede con las citas grandes. Para el Sevilla son rutina.

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