Empate a golpes y todo se decidirá en el Pizjuán

La Copa del Rey vivió anoche en El Madrigal un partido de esos que engrandece todavía más esta competición. Porque Villarreal y Sevilla se empeñaron en dejar abierto el pase a semifinales en un intercambio de golpes que acabó en tablas, pero que dejó por el camino una nueva lección de cómo se debe jugar a esto del fútbol. El Submarino puso más juego; los de Nervión, la pegada. Y ambos la fe en sacar adelante esta eliminatoria porque los dos quieren la Copa.

Golpeó primero dos veces un Villarreal plagado de bajas y con protagonismo de la cantera. Cani y Rossi ponían en franquicia los cuartos, pero todavía faltaba mucho por ver. Como la exhibición de Romaric. El de Costa de Marfil se echó al Sevilla a sus espaldas y, con algo de retraso, se disfrazó de Rey Mago para repartir regalos a sus compañeros. Dos fueron, en forma de asistencia, para Negredo, letal siempre en el área. El madrileño hizo el 2-1 con clase. Respondió, ya en el segundo acto, Marco Ruben al culminar de cabeza una jugada excepcional. Pero de nuevo emergió Negredo, también de cabeza, para poner el 3-2.

Ahí pudieron sentenciar los de Garrido. Pero primero Javi Varas, con una gran parada a tiro de Capdevila, y después Undiano, que no dio validez a un tanto legal de Marco Ruben, impidieron el 4-2. Hasta que Romaric emergió de nuevo para asistir a Alexis. 3-3 y todo se decidirá en el Pizjuán.

El detalle. Juan carlos se retiró lesionado

El Villarreal sufrió ayer un nuevo contratiempo en forma de lesión, ya que Juan Carlos, el portero escogido en la Copa, se tuvo que retirar lesionado con un golpe en la rodilla al filo del descanso. Hoy se someterá a pruebas para confirmar el alcance.