Copa del Rey | Villarreal - Valencia

Derbi de todo o nada

Villarreal y Valencia juegan un partido de alto voltaje.

Miguel Á. Vara
alberto iranzo

Si los últimos duelos entre Villarreal y Valencia han sido ejemplos de choques tensionados, fútbol agarrotado, cuentas pendientes y pelea de gallos, el de esta tarde supera en voltaje a los anteriores porque éste no tiene vuelta atrás. No hay revancha que valga. El que hinque la rodilla en El Madrigal no tendrá oportunidad de resarcirse y verá por televisión como su vecino disputa los cuartos de final de Copa mientras él lame en silencio sus heridas.

Tercero y cuarto de la Liga se enfrentan en Copa, más igualdad imposible y si a eso añadimos los frentes abiertos entre jugadores, técnicos y mandatarios cabe esperar una pelea encarnizada en un Madrigal entregado. Como debe ser, un plato fuerte más propio de una ronda más avanzada de esta Copa que se quedará huérfana de uno de los grandes a las primeras de cambio. Sea el que sea, le dolerá porque no hay consuelo posible entre Villarreal y Valencia y ambos lo saben muy bien.

La igualdad que se presume alcanza desde la enfermería, saturada en ambos casos, hasta los anteriores enfrentamientos, saldados con dos empates que hacen prever otro partido de pizarras y pocos goles. O no, porque esta vez el empate es un arma de doble filo: si es acero le vale a los amarillos, pero si es con goles le daría el pase a los chés.

Por eso, da la impresión de que si los valencianistas abren el marcador el encuentro se volverá loco porque ya no habrá lugar a la especulación. El Villarreal, acostumbrado a atacar, tendría que hacerlo sin red y eso favorecería el juego de contragolpe que tan bien manejan los de Emery. Pero estamos hablando de un escenario imaginario al que para llegar, los chés tendrán que repetir sus buenas actuaciones anteriores ante un Submarino que, si marca, obligara a los de Unai a meterse en un terreno en el que no se sienten cómodos.

Sistema.

En los visitantes la duda es si volverán a formar con tres centrales y un doble pivote defensivo que endurezca el choque al máximo, mientras que Garrido no es partidario de sorpresas porque su fórmula habitual les funciona y no tiene motivos para cambiar.

Se esperan unos 300 valencianistas en las gradas

Aunque la previsión no es exacta porque la mayoría de seguidores del Valencia acudirá a Vila-real en su propio vehículo, se espera que sean tres centenares de chés los que se den cita en el feudo amarillo para alentar a los suyos en busca del pase a cuartos. Hace unas semanas ya acudieron al derbi liguero un buen número y se hicieron notar en la denominada 'jaula' en la zona más alta del estadio amarillo. Además de un autocar organizado, serán muchos los coches particulares que recorran los cerca de 70 kilómetros, con lo que no se descarta que haya más seguidores chés de los 300 previstos. Eso sí, como ocurrió en Liga, serán los aficionados villarrealenses los que lleven la voz cantante y metan presión.

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