Lillo planteará pelea

Llega Juanma Lillo al Manzanares con una bombona de oxígeno extra. Se ganó un bonus en Anoeta en la Copa. Si ganara hoy al Atlético, el Almería se situaría a tres puntos de los colchoneros. Y si perdiera, los agoreros siguen informando, porque así se lo cuentan sus fuentes, que la continuidad de Lillo no se podría garantizar, sobre todo si cae por goleada.

El Atlético de Madrid vuelve a casa después del alegrón de la Copa en Canarias. Quique quiere que el equipo siga mejorando y vuelva a ofrecer su versión más agradable y competitiva. Para ello, Quique insiste mucho en la precisión técnica, en evitar la pérdida del balón en la circulación. El objetivo es abandonar el segundo puesto en la clasificación de los equipos que más balones pierden.

Será interesante el duelo táctico que planteará Lillo a Quique. Las opciones del Almería, en el juego de posición que entusiasma al técnico donostiarra y que también maneja Quique, pasan por robar en la salida del balón del Atlético y lanzar contragolpes aprovechando la velocidad de sus delanteros. El Atlético debe mandar en el juego y suele tener problemas cuando el contrario fuerza con su presión que la salida del balón la realicen Perea y Assunçao.

Todo indica que Forlán recuperará la titularidad después de su suplencia en El Madrigal y su no convocatoria ante el Universidad de Las Palmas. En las palabras de Quique ayer en sala de Prensa no se vislumbra la guerra que se asegura existe entre el uruguayo y el entrenador. Los desencuentros entre Quique y Forlán se produjeron en varias ocasiones la pasada campaña, pero siempre por motivos del juego, como ahora. Y Forlán acabó rindiendo al mejor nivel de su larga y exitosa carrera.

Sin romanticismo.

El Almería cuenta con una plantilla interesante. Su situación en la tabla no es tan preocupante como para que Lillo se encuentre al borde del cese prácticamente desde que empezó la Liga. Juanma Lillo planteará pelea hasta el final y tratará de revertir la situación. Lo intentará desde el juego de posición, no desde el romanticismo.