Khedira: trabajo, llegada y polivalencia en la media

Mourinho ya cuenta con el centro del campo que quería para su nuevo proyecto en el Madrid: creativo, ordenado, trabajador y consistente. La llegada de Sami Khedira (23 años) le dará al conjunto blanco ese plus que todo futbolista alemán aporta. Aunque el ex del Stuttgart engaña. No es el típico futbolista destructivo sin calidad. Ni es un jugador que reparte estopa en la medular. Tampoco se dedica sólo a tareas ofensivas. Khedira es una combinación de todo esto.

Desde su salto de la 'Academia Stuttgart' al primer equipo ha destacado por su polivalencia y su poderío físico (1,89 metros). Sin embargo, la campaña pasada fue la de su explosión definitiva. Siempre como timón de su equipo, en el Stuttgart asumió galones dentro y fuera del campo. Sobre el césped actuó con absoluta libertad, arropado bien por Träsch o por Kuzmanovic. Ellos hacían el trabajo sucio y él lo aprovechaba para mostrar su mejor virtud: la sorpresa entrando desde la segunda línea. A ello también le ayuda su fuerte disparo con ambas piernas y su buen remate de cabeza.

Otro papel.

Ya con Alemania ha mostrado sus credenciales en el Mundial. Pese a haber disputado sólo 13 partidos como internacional, jugó como si de un veterano se tratase. Eso sí, su rol cambió y se dedicó a ser el escudero de Schweinsteiger, lo que no le impidió sumarse al ataque cuando su equipo lo necesitaba (marcó el 2-3 definitivo ante Uruguay en el partido por el tercer y cuarto puesto).

Ahora llega a un Madrid en el que, en teoría, tendrá a Xabi Alonso como pareja de baile. Ya sea con el 4-2-3-1 o con el 4-3-3, Xabi será el director de orquesta y Khedira asumirá su papel de centrocampista box to box. Ese que trabaja atrás, llega al área rival y puede hacer goles. Ese que ha pedido Mourinho desde que fichó por el Madrid. Tiene un pequeño defecto: la poca precisión en los desplazamientos largos.... pero para eso ya está Xabi.