Liga BBVA | Mallorca 2 - Athletic 0

Aduriz mete al Mallorca en puestos de Champions

El Ono Estadi, inexpugnable: ocho partidos, ocho triunfos

Jose L. Artetxe
CELEBRACIÓN. Borja Valero felicita a Aduriz tras marcar éste el segundo gol del Mallorca.

El Mallorca se encarama a la zona de Liga de Campeones merced a su enésimo éxito como local. Ayer volvió a imponer su ley en el Ono Estadi a costa de un Athletic tan concentrado en destruir que se olvidó de cómo se suma juego cuando estuvo por detrás en el marcador. Les costó a los chicos de Gregorio Manzano orientar el partido, pero una vez abrieron el marcador dejaron constancia del porqué de su impresionante trayectoria.

Puede el Athletic lamentar el modo en que encajó el primer gol, pues medió un rebote que envenenó un zurdazo asequible de Julio Álvarez, pero es a todo lo que puede agarrarse para tratar de justificar su derrota. Previamente se limitó a contener, sin mostrar el menor atisbo de ambición, y luego fue ampliamente desbordado, hasta el punto que si no es por el acierto de Iraizoz el marcador hubiese sido bastante más contundente.

La clave.

A raíz de los cambios introducidos por Caparrós, el Mallorca pudo por fin desplegar ese estilo veloz y preciso que le acredita en el campeonato. Su centro del campo halló los espacios precisos para proyectar a Valero, Julio Álvarez y, sobre todo, a Aduriz, pesadilla permanente para su ex equipo y a quien le correspondió el honor de rubricar la sentencia.

Aduriz acaparó buena parte del protagonismo, se manejó sobrado, inteligente sin balón e incisivo siempre, aunque se debe hacer mención del dúo formado por Martí y Suárez, sostén de toda la estructura balear. Enfrente sólo Iraizoz se hizo acreedor a nota, el resto suspendió.

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