Liga BBVA | Trigesimoquinta jornada

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Joseba Llorente se empeñó en aguarle el alirón al Camp Nou. Dos goles suyos, el segundo en el último suspiro, aplazan el título culé, que parecía precipitado por la derrota de ese triste Madrid en Valencia. Por abajo, el Getafe de Míchel respira mientras Sporting, Recreativo y Numancia se alejan un poco más de la salvación.

EL PERSONAJE: JOSEBA LLORENTE

Nada hacía presagiar que al Camp Nou se le aguaría el alirón, más cuando Guardiola decidía poner su once de gala mientras Pellegrini (el mundo al revés) colocaba en la delantera a un virtual suplente, Joseba Llorente. Quizá se tratara de una táctica del entrenador chileno sabiendo que, hasta ayer, en Can Barça, sólo habían puntuado esta temporada equipos Cenicienta: Racing, Getafe y Espanyol. Así que situó a su delantero más tirillas, un lobo con piel de cordero que usa sudisfraz de futbolista desaliñado, el gesto torcido y esa camiseta que le queda contrahecha, para engañar a la zaga rival. Con Joseba nos queda la sensación de que nunca llegará a la pelota,de que siempre la va a pegar mal. Pero cuando la defensa y el portero se quieren dar cuenta el balón ya se encuentra enla red, como le ocurrió al Barcelona en el 1-1 y en el 3-3 final. Hace tiempo que Joseba, ese otro Llorente, aguarda también su momento Selección: en 2008, aún militabaen el Valladolid, metió el gol más rápido (6,8 segundos) en la historia de Primera para despertar a la Liga. Y ayer, también de la forma más inesperada, no permitió que el Barcelona la durmiera del todo.

EL CALDERÓN APELA AL PERNÍA DE GETAFE

La rojiblanca es una afición madura, repleta de artistas con pedigree. Y usa la ironía para reñir a sus futbolistas: "Balón de Oro, Mariano Balón de Oro", le cantaba a Pernía. Una manera de protestar por esos balones tontos y esos penaltis más tontos aún que comete el hispano-argentino, pero también de recordarle que, no hace mucho, Getafe le adoró por sus golazos, que le valieron la condición de mundialista y su fichaje por un grande, el Atlético. ¿Qué hace que un futbolista imprescindible en un sitio pase a ser el centro de las iras de otra afición? ¿En qué momento el crack se convierte en despojo? Otro de los secretos del fútbol, la ciencia más inexacta que existe.

ADRIÁN PAGÓ SER 'EL HIJO DEL TÉCNICO'

Es defecto (o virtud) de padre creer que tus hijos son los más guapos y los más listos. Eso seguramente le ocurra a Míchel con Adrián, y no se le debe juzgar mal por querer rectificar a Víctor, que apenas había puesto a su hijo 68 minutos este año. A la segunda que tuvo, Míchel colocó a su vástago en el once. Más allá del 3-0 del Geta, el pobre Adrián anduvo fallón, perdido, pasado de revoluciones hasta acabar en la calle. Lógico, en un chaval de 20 años que sale al campo casi a debutar y lo hace con el cartel de "hijo del entrenador". Puede que Adrián sea muy bueno, pero Míchel se equivocó en otra cosa: ayer no era el momento de ponerle en el disparadero.

ES TIEMPO DE GESTOS

En Mestalla dio la sensación de que algunos futbolistas blancos han caído en la tentación de abandonarse, pero, perdida la Liga, la historia del club exige más orgullo. Sudar la camiseta en los partidos que quedan tiene el valor de un gesto: querer quedarse en el próximo Madrid. Iker, Higuaín y Raúl parecen fuera de sospecha; Marcelo y Gago, por ejemplo, han demostrado que pueden crecer. Sergio necesita descanso, aunque su compromiso está fuera de duda. Pero el resto (y esto va, sobre todo, por los holandeses) dispone de tres partidos para la reivindicación. Les toca esforzarse, que Florentino se dé cuenta de que este equipo no necesita un derribo, sino una inyección de fuerza en los cimientos, lo que incluye un supercrack arriba, uno o dos muy buenos en el medio y dos o tres refuerzos de garantías y futuro.

NEGREDO: ADEMÁS DE GOLEADOR, SOLIDARIO

Cada partido descubrimos una sorpresa agradable con Negredo, empeñadísimo como está el vallecano en obligar a Florentino a repescarle, previo pago de esos 5,5 millones que, a pesar de la crisis, le siguen convirtiendo en un delantero de ganga, baratísimo. Contra el Sporting, Álvaro se quedó sin marcar, pero esta vez fue porque quiso: solito ante Cuéllar, cuando el partido ya lo tenía ganado el Almería, decidió olvidar el hambre de depredador, pasar de su cuenta particular (19 tantos, a uno de la mágica cifra) y regalarle a Piatti un gol cantado. El otro Messi, como apodan (o apodaban) al menudo mediapunta argentino, llegó al Mediterráneo con la obligación de triunfar, como el fichaje más caro en la historia del Almería, pero las malas actuaciones y el banquillo le habían amargado. Ayer Piatti volvió a nacer mientras, feliz, dedicaba el tanto a Negredo, ese goleador solidario.

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