Liga BBVA | Barcelona 3 - Villarreal 3

La Liga debe esperar

Llorente marcó en el alargue y evitó la alegría culé El Barça batió su récord goleador Buscará abrochar el título en Mallorca Iniesta, lesionado

Fabián Ortiz
EL CONTROL DEL EMPATE. Llorente controló un balón lanzado desde la defensa, le hizo un nudo a Puyol y marcó el 3-3 en el último minuto del partido.

Una semana pasa deprisa, sobre todo cuando en medio espera una final de Copa, un fiestón, una gozada. Es lo que debe esperar el Barcelona para celebrar el título de Liga. Porque ayer, aunque el Real Madrid -su único perseguidor- se lo había servido en bandeja con su derrota en Mestalla, se topó con un impensado escollo llamado Villarreal. Cuando el escenario estaba listo y decorado para la alegría, con un Camp Nou inusualmente rozando el lleno, Rossi y un colosal Llorente (autor de un doblete) postergaron el grito culé. Y lo hicieron de la forma más dolorosa, en el tiempo añadido, como si hubieran querido que el Barça probara un poco del desagradable sorbo que el miércoles le hizo tragar al Chelsea en la semifinal de la Champions League.

Hasta el segundo gol de Llorente, el libreto de la obra marchaba según lo previsto. Un defensa, un centrocampista y un delantero marcaron los goles del Barcelona que certificaban su triunfo absoluto, el que le daba el título de Liga, a tres jornadas para el final. Un jugador por línea, como para que no quedaran dudas de que este equipo es una cosa seria, un bloque completo, que va sobrado por el escenario español y se apresta, en unas semanas, a conquistar las grandes luminarias europeas. Suma ya 103 goles el conjunto de Pep Guardiola, que ya ha batido su propio récord en la Liga, vigente desde que Ronaldo destrozara las porterías vestido de blaugrana, en 1996-97. Y suma 86 puntos, la mitad de lo cual equivale a la salvación para uno de los sufridos habitantes de la zona baja. Pero todavía debe vivir siete días entre paréntesis.

El Villarreal opuso sus argumentos, es decir, trabajo en la presión a partir de Eguren, buen toque y profundidad en los pies de Ibagaza, orden táctico en la veteranía de Pires, la explosión de Rossi y la contundencia de Llorente. La tarde estaba montada para que el Barça levantara su trofeo virtual, anunciado durante gran parte del campeonato con un fútbol estelar, pero el orgullo del submarino tenía algo que decir.

Tres y tres.

Seydou Keita abrió el marcador a los 11 minutos, con un poco de fortuna, porque su zurdazo se desvió en Gonzalo y dejó clavado a Diego López. Después descontó Llorente, en una jugada electrizante de Ibagaza con centro de Rossi. Pero el Barça se guardaba dos más antes del descanso: Etoo reapareció después de un par de partidos infructuosos, tras un recorte espectacular de Iniesta a Capdevila. Y en el alargue del primer tiempo Alves batió a Diego López con un libre directo no muy ajustado a un palo, pero sí potente y difícil para el portero.

Durante el descanso el público se dedicó a comerse el bocadillo, a hacerse fotos con la sonrisa de los días de fiesta, a esgrimir pancartas de todo tipo (la peor: Iniesta, insemina a mi novia) y a esperar los tres pitidos finales para desatar el caballo de la euforia. Pero Manuel Pellegrini se ocupó de retocar en la pizarra lo que no le gustaba del Villarreal. El árbitro birló un gol legal a Xavi, tras un centro de Alves que cabeceó Keita en posición legal, y poco después entraron Bruno, Nihat y Mati por Pires, Rossi e Ibagaza. El turco aprovechó un despiste del fondo culé, donde Puyol anduvo despistado, madrugó a Abidal y forzó un penalti, que supuso la roja para el francés. Tiró Mati, gol.

Guardiola se vio obligado a apuntalar la defensa, puso a Sylvinho y prescindió de Etoo. Luego quiso guardar a Xavi y lo cambió por Sergio. Y, por fin, para perder tiempo, colocó a Gudjohnsen por Messi. No quedaba más tiempo que los cuatro minutos que añadió Teixeira. El Villarreal no llegaba, hasta que voló un pelotazo desde el fondo, y allá fue Joseba Llorente, seguido por Puyol. El vasco la pinchó y con el control orientado hizo pasar de largo al defensa, luego lo recortó hacia el otro lado y entonces sacó un zurdazo al primer palo, arriba, para acallar al Camp Nou. La Liga debe esperar, al menos hasta Mallorca. Para colmo de males, Iniesta acabó lesionado. Y mientras tanto, el Villarreal sigue alimentando la esperanza de volver a pasear por Europa la próxima temporada.

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