Liga BBVA | Athletic

Una semana relajada para recibir al Mallorca

La ausencia de tensión ha presidido el parón liguero en Lezama

Jose L. Artetxe

El parón liguero toca a su fin. Lejos, muy lejos queda la derrota en El Madrigal, que hacía la cuarta consecutiva, así como aquella primera impresión que produjo ver la zona de descenso a solo dos puntos. Al mediodía de hoy Joaquín Caparrós ofrecerá la convocatoria de dieciocho jugadores porque el Mallorca ya está aterrizando en Bilbao: mañana se celebra un partido que marcará el futuro a corto y medio plazo. Han transcurrido quince días que no se sabe si se han hecho largos o cortos para el equipo. Lo cierto es que la impresión que ha dejado la actividad observada en Lezama durante este tiempo, especialmente durante la semana en curso, no se corresponde demasiado con la trascendencia de la cita que acoge San Mamés.

Ayer mismo, los presuntos titulares y candidatos a ocupar plaza en el banquillo apenas estuvieron una hora de reloj en el Campo 1. Un poco de carrera, un rondito y un partidillo en un espacio reducido sin nada que resaltar. Poca o nula tensión, más allá de los piques lógicos que surgen en toda pachanga. Así ha sido el resto de los días, o parecido. Así será también hoy, como es natural en una víspera de encuentro.

Alineación. Caparrós ni siquiera ha considerado conveniente ensayar algo concreto con el once que pondrá de salida ante el conjunto de Gregorio Manzano. De ello, al menos cabe deducir que lo tiene más que claro. Salvo por el desgraciado contratiempo que ha afectado a Igor Gabilondo, un episodio más producto del azar que de otra cosa, no ha habido noticias que se puedan relacionar al instante con la disputa de un partido donde los puntos en juego poseen un valor superior que a nadie se le escapa.

Nada se ha percibido que realmente encaje con el ambiente que se presume debería generarse en torno a esta comprometida visita del Mallorca, más allá de las declaraciones de los futbolistas, algunos empeñados en desdramatizar una coyuntura objetivamente delicada.

Es posible que a estas alturas de la temporada los futbolistas no necesiten realizar sesiones con un volumen de trabajo importante, pero de ahí a la impresión que ha dejado la planificación de estas dos semanas... Cualquiera diría que casi de lo único que se trataba era de coger aire, salvo para aquellos que no cuentan para la competición.

Estos han tenido que afrontar un par de amistosos de más que dudosa rentabilidad. Infortunio al margen, pocas o nulas conclusiones caben extraerse de los cruces con el Girondins de Burdeos y el Galdakao.

Son complicados de afrontar para quien debe sumar méritos y qué decir para el que sabe que no tiene nada que hacer para poder jugar. Además ahondan aún más las diferencias que ya existen en la plantilla, pues incluso dividen físicamente al grupo y ello en la antesala de una cita crucial.

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