Nando Yosu

"En estos últimos años me he sentido olvidado"

Santo y seña del racinguismo. Uno de los más queridos por la afición. Jugador en los años 60 y entrenador en cinco etapas. En las cuatro últimas ocasiones salvó al club del descenso en situaciones casi imposibles. Ahora, con 69 años, ya no está en el club: desde enero está jubilado.

Pedro López

¿Cómo lleva lo de la jubilación?

Mal, para que engañarse. El fútbol ha sido toda mi vida y no es fácil. Hago lo de cualquier jubilado. Por las mañanas paseos por el Sardinero, Mataleñas o La Magdalena. Por la tarde, una partida de cartas con los amigos. Poco más.

¿Le sorprendió que el club le ofreciese jubilarle?

No. Conmigo ya no sé contaba. Llevaba tres años sin hacer nada. Ni siquiera me mandaban a ver a éste o aquel jugador como había hecho otras veces que no entrenaba. Para ser sincero me aguantaban porque no se atrevían a echarme. La gente me quiere y eso les frenaba. De todas formas, hubiese preferido que me despidieran a estar como he estado estos últimos años. Me he sentido olvidado.

¿Quién se lo comunicó?

Los que mandan ahora en el club. No me dieron explicaciones. Me llamaron y me dijeron: tienes que jubilarte. No me consultaron si quería o no. Ya tenían tomada la decisión así que llegamos a un acuerdo económico y punto. Que iba a hacer yo

¿Así de frío?

Pues sí. Al poco tiempo me ofrecí para que me dejaran hacer algo en las secciones inferiores, como enlace con los padres, para ver chavales jóvenes que podíamos fichar y hasta hoy. Sin respuesta. Lo hice porque creía que todavía podía ser útil al club, aunque estuviese jubilado.

Pues técnicos hay pocos actualmente en el club...

Hay alguna gente ahora en el club que no tiene ni puñetera idea de fútbol. Nada.

¿Dolido con Pernía?

Me prometieron todo cuando salve a Osasuna. Presidente de honor, embajador del club. Debe ser que en dos años me he hecho viejo. Cierto es que, de vez en cuando, me llaman para ir a un colegio o a un asilo.

Es el sino de Nando Yosu en el Racing...

No se ha valorado, en muchas ocasiones, mi trabajo. Salvé (con mis jugadores) en cinco ocasiones diferentes al club del descenso a Segunda, algunos en situaciones muy críticas. Después, siempre se hablaba de Juan, Pedro o Manuel, yo siempre en segunda fila. Salvo para la gente.

¿Es con lo que se queda?

Sin duda. Y con los jugadores que he tenido. El cariño de la gente hacia mí es impagable. ¡Si me paso el día saludando a la gente por la calle! Y luego están los futbolistas (se le iluminan los ojos y los cita de carrerilla) Piru, Alba, Sañudo, Quique, Ceballos, Pelayo, Mantilla, Juan Carlos, Víctor, Villita, Esteban Torre podría estar así media hora. Hace unos días los reuní, a casi todos, y comimos en Soto de la Marina. Vinieron todos. Eso, para mí, es un regalo.

¿Y cual es el mejor futbolista que ha entrenado?

De los de casa, es difícil. Cada uno tenía una función. Profesionales cien por cien. En cuanto a calidad, seguramente Quique Seti ponía el balón donde quería y, encima, tenía gol.

¿Y extranjero?

Los he tenido muy buenos, pero si tengo que quedarme con alguien lo hago con Quinito y Damas. El barbas era un fenómeno, uno de los mejores jugadores de Portugal en los años 70. ¡Y qué decir de Damas! Ahora el Racing no podría pagar por esos futbolistas. Y los fichamos en el vestuario de los viejos Campos de Sport.

¿Y eso?

Jugamos un partido de pretemporada en verano ante los portugueses de Os Belenenses. En el descanso le dije a José Manuel López Alonso, que tenía que hablar con los jugadores antes de que se marcharan de Santander. Había que ficharlos como fuese. Eran muy buenos. Lo del barbas fue tremendo, hizo lo que quiso. Y así fue; al acabar el partido hablamos con los dos. Una semana después ya estaban en Santander.

¿Cómo ha sido su relación con todos los presidentes que ha tenido?

Básicamente, me he llevado bien con todos. Nunca he creado problemas, siempre he sido un hombre de club; el Racing siempre estaba por encima. Quizá con López Alonso ha sido con el que más afinidad he tenido. También es con el que más tiempo estuve en el banquillo.

Será difícil quedarse con un partido, con un momento

El más cercano. Cuando nos salvamos contra Osasuna. Fue muy emotivo porque era crucial. Un descenso podía significar un desastre para el club, tenía una importancia vital. Ha sido el más emocionante que he vivido. Al final del partido me sentí como un héroe.

Y es que, para el racinguismo, lo es...

Fíjate; uno de los momentos que más recuerdo fue días después. En una cena con los chavales de las secciones inferiores del club. Me hicieron una especie de homenaje. Me dedicaron unas palabras (se emociona y se le entrecortan las palabras al recordarlo), muchos de ellos escribieron sobre mí. Tengo guardadas más de 200 cartas, muchas de ellas empapelan la cocina de mi casa, las leo todos los días.

¿Y qué me dice del Racing de esta temporada?

Me gustaba mucho más el del año pasado. Este no me entusiasma demasiado. Creo que le falta algo de alma, transmitir más a la grada, lo ha hecho en pocos partidos. De todas formas creo que no pasaremos apuros; hay varios equipos que juegan peor y lo tienen muy complicado.

Vamos, que se está exagerando mucho la actual situación de equipo...

Yo creo que las críticas son más porque juega regular a que verdaderamente la afición crea que se pueda pasar apuros. Ahora bien, hay que intentar ganar dos partidos de los próximos seis que jugaremos y que, además, se disputan ante rivales directos.

Ya veo que sigue al equipo de forma habitual...

Claro, voy al campo. Debajo del palco. No veas la que se forma cuando termina el partido y salgo del estadio. La gente me dice (se ríe) que esté preparado que igual todavía tengo que echar una mano. Si me volvieran a llamar para lo que fuese no tardaría ni cinco minutos en presentarme en las oficinas del club.

Cincuenta años en el Racing. Toda una vida...

Llegue con 19. Nos ficharon del Nueva Montaña a Vicente Miera y a mí. Jugamos el primer año en el Rayo Cantabria y después nos subieron al primer equipo. ¿Sabes cuál fue mi primer sueldo? Un coche. Un Dauphine de los de entonces; nos lo regaló Vidal de la Peña para que fuésemos con él a entrenar con el Racing. Ni Vicente ni yo teníamos coche. Así empezó todo.

Poca gente sabe que ganó dos Copas de la UEFA con el Valencia...

Me traspasó el Racing. Como jugador, los años que estuve en Valencia fueron los mejores de mi carrera. Y aquellas dos Copas de Feria (ahora UEFA) fueron inolvidables. Allí hice mis mejores partidos. Después me fui al Athletic.

¿Al menos ahora tendrá más tiempo para la familia?

Es verdad; tengo unos nietos maravillosos. Pero ya lo dice mi mujer, mi vida es el fútbol. Sin él me falta algo.

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