Salva Ballesta

"Es imborrable para mí lo que viví el domingo"

Sólo con una fe inquebrantable, sólo con una ética de trabajo impecable, tal vez sólo siendo piloto se puede levantar el vuelo como Salva, que el domingo hizo vibrar a La Rosaleda como hacía tiempo no se veía. Disfruta el momento y sólo quiere seguir en un club: el Málaga.

Lo de ayer no era un partido más. Se veía en La Rosaleda dos horas y media antes del partido.

Sí, lo vi sobre todo antes del partido, cuando estás llegando en autobús, revisas el césped. Luego ya estás centrado en el partido y lo ves menos.

Y usted, dos goles, otra vez en la cumbre.

Lo que está claro es que estoy en un momento físico y mental muy bueno. Creo que a nivel físico todavía puedo mejorar un poquito más porque estoy jugando el setenta por ciento de los minutos en los últimos partidos e igual puedo dar un saltito más ahí...

¿Cómo se explica este proceso de resurrección?

Esto tiene un secreto, que es la confianza de los fisios y la amistad de tanta gente que me ha ayudado cuando he estado decaído. Y luego, claro, el empeño, la ilusión y lo que uno crea en sí mismo.

Y la ilusión con la que se despertará cada día.

Está claro que yo ya tengo ganas de que llegue el partido del domingo contra el Barcelona. Los entrenamientos se hacen hasta cortos, no quieres que acaben. Y la alegría del futbolista es otra.

Y hacerle goles al Sevilla siendo jugador del Málaga es lo máximo.

Ayer había muchas connotaciones alrededor del partido, porque aunque mi familia es malaguista, algunos como mi cuñado son del Sevilla, yo he jugado allí y se juntan muchas cosas.

¿Y qué le dijo su cuñado?

Pues que decía: coño, un gol tuyo, otro gol tuyo. ¿No tenías otro partido para marcar goles? Pero fue el único, mi familia se lo pasó en grande.

Incluso hubo aficionados sevillistas que le insultaron cuando se iba del césped. Qué poca memoria tiene el fútbol, ¿no?

Este es el fútbol, el fútbol es muy ingrato. Algunos son muy jóvenes, pero seguro que muchos de los que estaban ahí en la grada se han abrazado con goles míos. Yo he dejado muchos goles allí, pero vamos, si algún día se va Kanouté, le van a pitar igual si les marca.

A los que tiene en el bolsillo otra vez es a los aficionados del Málaga.

Lo noto porque me lo dicen por la calle. La verdad es que lo del domingo fue imborrable para mí, cómo celebraron los goles, la ovación de despedida. Esto me hace feliz.

¿Le felicitó Fernando Sanz?

Tanto si ganamos como si perdemos, el presidente siempre baja para felicitarnos o animarnos.

¿Pero algo personal?

Que estaba feliz por mí, que me había visto a buen nivel...

Usted ya ha dicho claramente que se quiere quedar aquí. Termina contrato y en cuatro partidos ha demostrado que está para seguir en la élite. ¿Le han llamado?

A día de hoy no he recibido ninguna llamada del club. Pero vamos, a mí me bastaría con una reunión anecdótica. Fernando y yo nos conocemos hace tiempo y sabe que con una simple conversación lo mismo estaría.

Dicen que con la edad cambian las prioridades.

Pues sí, ya miras otras condiciones. Hay momentos de tu carrera en los que lo más importante es firmar un gran contrato porque tienes que mirar por tu familia, pero ahora cambia todo. Es evidente que no vas a jugar por amor al arte, pero lo importante es que el club sea el ideal y la vida para los de tu alrededor, también. Y está claro que mi intención y mi deseo es seguir. No sería sincero si dijese que no espero una llamada.

Hablemos del equipo. Van a Barcelona. ¿Es posible dar un golpe allí?

Yo lo hablo con mis compañeros. Nosotros los deberes ya los tenemos hechos pero ahora nos estamos jugando la posibilidad, especialmente los más jóvenes, de mejorar el currículo. Y de hacer una cosa histórica para el club y para la afición. Ahora vienen unos partidos importantes.

¿Y aguantarán la carrera con tanto rival importante que hay por ahí?

Es un momento para la ilusión, para pensar con optimismo. Hay que jugar con intensidad, jugárselo todo. Pero sabemos que nuestro objetivo era otro, y que hay gente que nos daba por descendidos en diciembre y aquí estamos, con 43 puntos. Y con ganas de dar más guerra.

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