Liga BBVA | Málaga 2 - Sevilla 2

Gigante Salva, poderoso Sevilla

El Málaga, arrollador, ganaba 2-0 a la media hora. Kanouté y Luis Fabiano empataron y rozaron el triunfo. Teixeira anuló un gol legal a Squillaci.

PRIMER ACTO. Salva se dispone a salir corriendo para celebrar su segundo tanto con la felicidad malaguista desbordada en las gradas y ante el desconcierto sevillista.

Los clásicos dirían que fue un empate justo, que un tiempo para cada equipo y que todos tan felices. Sucede que esos términos absolutos no se ajustan al Málaga-Sevilla de ayer, derbi grande, eléctrico, de pasión. El asunto terminó en tablas y con sentimientos contradictorios. Es de imaginar que a Málaga y Sevilla les reconfortará el término medio, un punto más en su guerra por Europa, un día más para sentirse orgullosos de sus trabajos. Lo hacen bien.

Volcán. Eso fue La Rosaleda, lava desbordada, cuando Salva hizo el 2-0 en el minuto 32, cuando el Málaga tuvo 45 puntos y acarició la Champions, sueño de sueños. La estampa, eufórica, bien parecida a la del 17 de junio, día del ascenso ante el Tenerife, era estremecedora. Posiblemente ese 2-0, afortunado si se quiere porque antes al Sevilla se le anuló un gol legal de Squillaci, ha sido el cénit del Málaga desde su segunda refundación, cuando el club se moría y arrancó la ley concursal. Todo es una nube en Málaga, donde se multiplican los milagros. Salva, sevillista de base en sus primeros años de carrera y malaguista convencido ahora que empieza la recta final, hizo dos goles casi imposibles, de primera figura mundial. El primero con un control de pecho y un zurdazo dolorosísimo para Palop. El segundo, con la caña de pescar que se compró en la primera comunión y con la que ha recolectado goles para toda una vida. Su instinto es inmortal.

2-0 y el Sevilla contra las cuerdas, preguntándose si había hecho algo mal para estar así de golpeado. Posiblemente, jugar con estilo pero sin carácter, el que comprendieron que tenían que poner en la segunda parte para voltear el partido. El Sevilla jugó el primer tiempo como una vedette y terminó bailado cinco minutos y con la afición recordándole a Del Nido sus palabras antes de la caída en San Mamés. Pero el Sevilla se puso en pie y jugó un segundo tiempo como lo que es, un equipo grande de fútbol. Le costó trabajo, porque el Málaga tuvo orden y físico durante tres cuartos de partido. Pero Jiménez visualizó bien. Se inventó una banda derecha kamikaze (Adriano, Navas) y agregó al revoltoso y bullanguero Capel en la izquierda. Luego dejó al personal frío cuando quitó a Navas, pero no le sustituyó un cualquiera. Perotti firmó un jugadón en el 2-1 de Kanouté y seguramente fue el único futbolista para el que el Málaga no se había preparado. Luis Fabiano marcó el 2-2 con el Málaga ya con diez jugadores y casi arrastrándose sobre el campo, pidiendo el final, superado por el esfuerzo físico tan brutal al que fue sometido por el talento del Sevilla. Le mantuvo en pie La Rosaleda, que supo admitir la inferioridad teórica de su equipo, su virtud para equilibrar el partido desde el orden y la fe de sus jugadores. Afición sabia, equipo en todo lo alto. Es una ecuación casi infalible.

Fue un derbi de los que se echaban de menos, con el Málaga bien disminuido de salida, sin Duda ni Lolo. Y con Luque, tobillo lastimado, infiltrado por su compromiso con el club. Así que con Baha y Nacho (excelente su partido) destinados a tareas defensivas, las dos balas de ataque para Tapia eran Salva y Eliseu. Sólo con eso, 2-0 al descanso, el plan perfecto. Lo consiguió porque Salva bajó al pozo y sacó petróleo en dos jugadas de fe y viejo zorro del área. Salva tuvo una más al poco de empezar la segunda parte, pero si marca esa volea tendrían que haberle renovado en el mismo vestuario después del partido. Claro que el Sevillla tuvo un carro. Desde el primer gol mal anulado a un mano a mano que resolvió mal Romaric, un disparo al larguero de Navarro, una doble oportunidad de Capel y Kanouté y mil centros al área que hicieron dudar a Goitia. El Málaga llegó a la playa boqueando y al Sevilla se le quedó el partido cortísimo, porque Calleja estaba expulsado y quería más. El Málaga sí que no podía dar más. De hecho, no está obligado a más. 43 puntos y un minuto, el 32, en el que posiblemente alcanzó el cénit desde su refundación. Le robamos a Del Nido que, tal vez, lo mejor está por llegar.

El detalle. Miguel Ángel, Weli y Calleja, bajas en Barna

Fue un partido de detalles. El primero, la oportunidad para Pere Martí, que jugó después de una larga inactividad. Tiene toque, le falta ritmo. La mala noticia, la expulsión de Calleja, que no jugará en el Camp Nou. Tampoco podrán hacerlo Weligton y Miguel Ángel por acumulación de amonestaciones.

Lo más visto

Más noticias