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Soler acelera la venta

Con menos de un mes de margen para finalizar una operación clave para el presente y el futuro de la entidad, Juan Soler maneja dos opciones para desprenderse de su paquete accionarial: la de un jeque de un emirato que incluso ya le ha hecho una oferta y la de Vicente Soriano.

Pedro Morata

A Juan Soler le urge acabar su relación tormentosa con el Valencia. El 17 de marzo está a la vuelta de la esquina (menos de un mes) y para esa fecha necesita tener finiquitada su relación accionarial y comercial con el club. Dos días antes de la cremá fallera, Soler puede tener la suya propia. El vencimiento de un pagaré de 26 millones de euros, que entregó al Valencia como parte del pago de 90 por la compra de 18.000 metros cuadrados de edificabilidad en el solar de Mestalla, le puede agravar sus ya de por sí delicadas finanzas. Se trata de la famosa torre que le compró al club, por la que entregó 13 millones y 26 en un pagaré que el club descontó por otra situación calcada a la de ahora: falta de liquidez por la manirrota gestión económica realizada.

A Juan Soler y a su padre se han acercado multitud de intermediarios y empresas desde mayo del año pasado cuando el empresario irlandés Kevin Mcabe, de Scarborough Holdings (presentado por Vicente Cotino), con el que llegó a tener un preacuerdo por 80 millones. O cuando, más recientemente, a través de un allegado a la construcción de Bautista Soler llamado Juan Azor, se acercó el grupo árabe radicado en Bahreim pero de origen saudí Al Jalal, representado en Valencia por un empresario que responde a las iniciales M.D. Este grupo podría haber estado negociando a dos bandas: con Soriano la posible compra del solar de Mestalla y con Soler de sus acciones.

Las dos opciones.

Despejada toda la broza, a Soler le quedarían dos opciones para su salida y venta. La que le ha venido manteniendo Soriano que le aseguraba la venta de la parcela y una opción de posible (pero no segura) compra de sus acciones aplazada a varios meses adelante. Y la de un emirato árabe cuyo jeque ha dado instrucciones para comprar un club de fútbol de Europa. Lo intentaron con uno y ahora están con el Valencia. Esta gestión que está en marcha al menos desde octubre pasado le proporciona a Soler una solución global a su problema. Le compran las acciones y le liberan del dinero que tiene entregado a cuenta de la torre (39 millones). El problema surge en el precio de las acciones: Soler pretende cobrar como mínimo 70 millones de euros y los asesores del jeque no quieren fijar un precio hasta conocer exactamente el valor contable de las acciones, una vez analizado el activo y el pasivo real del club. Soler tiene una oferta en firme del jeque que contempla un fijo y un variable en función de esa auditoría final. Y Bancaja está informada de la operación, porque además se le liquidaría la totalidad del préstamo de 240 millones que le tiene concedido al Valencia.

Con estas cartas, Soler tiene que decidir su jugada. Y ayer estaba en ello. Los árabes no le compran a ojo y Soriano no puede comprarle ahora las acciones.

Por su parte, Vicente Soriano ha deslizado en su intimidad que tiene finalizada la venta de la parcela por 315 millones de euros. Y que incluso los compradores eran los que adelantaban el crédito puente de 100 millones, que luego se descontarían de los 315 totales. Mucho dinero para los tiempos que corren. De ser verdad ese milagro, el problema que tiene Soriano es que no puede vender la parcela y arriesgarse a que poco después Soler venda sus acciones a otro. En tal caso Soriano habría solucionado el problema al Valencia y a Soler, pero él se quedaría fuera de juego, porque los dueños del 37 % de Juan Soler serían otros, que quitarían a Soriano del mando y de la presidencia del club.

Por ello, de ser cierto que tiene Mestalla vendido, Soriano no remataría la venta hasta aclararse con Soler.

Salida de Soriano.

El jeque del emirato árabe que pretende comprarle a Soler, le ha comunicado que su deseo es comprar el 51 % del Valencia y que, por tanto, desea también comprarle su 10 % a Vicente Soriano. E incluso le ha transmitido que estarían dispuestos a dejar al actual presidente valencianista, de momento, en una presidencia "institucional", claro, porque el mando lo tendrían ellos como nuevos dueños de la entidad de Mestalla.

Los plazos aprietan a todas las partes

Con todas las cartas puestas ya sobre la mesa, todo apunta a que debe ser inminente el cierre de la operación en un sentido u otro, porque a todo el mundo le aprietan sus circunstancias para que así sea lo antes posible. A Soriano le urge porque no quedarse fuera de juego si Soler vende sus acciones a alguien que no sea él. En ese caso, sabe que con el 37 % del ex mandatario es suficiente para que el nuevo dueño controle el Valencia y él se podría quedar aislado, como lo estuvo en la etapa de Soler, pese a haber hecho una inversión por su parte de 20 millones de euros en su 10 % y sin pintar nada en el club que ahora preside. A Soler le aprieta su situación económica personal y el vencimiento del pagaré que le obliga a poner 26 millones encima de la mesa. Y al Valencia le aprietan sus jugadores que no cobran y la constructora que está a punto de plantarse y parar las obras del nuevo Mestalla. La partida de ajedrez está jugándose en el tablero. Veremos quien hace jaque mate.

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