Copa del Rey | Osasuna 1 - Athletic 1

Llorente frustra a Osasuna

El ariete igualó en tiempo añadido. Pandiani, que pudo apuntillar, plasmó la superioridad rojilla en la segunda parte. Penalti omitido sobre Susaeta

Jose L. Artetxe
DISPUTADO. Iraola pisa a Delporte en un lance del juego.

El fútbol no fue anoche nada agradecido con Osasuna, que acumuló ocasiones y empuje como para haber sacado un resultado que le permitiese encarar la cita de San Mamés con alguna garantía. Lo cierto es que el dominio evidente que ejerció a lo largo de toda la segunda mitad sólo le cundió para acertar en una oportunidad ante Iraizoz y, cuando apretaba para incrementar la renta, se encontró con un mazazo: Llorente, en el último suspiro, igualó el tanto de Pandiani y así transformó por completo la orientación que estaba adquiriendo el emparejamiento.

Es el Athletic quien rentabiliza con creces su floja puesta en escena en el Reyno de Navarra y se adueña de la vitola de favorito para acceder a los cuartos de final de la Copa. Aunque después de un primer tiempo anodino estuvo en amplias fases a merced de la fogosidad y la insistencia del cuadro de José Antonio Camacho, encontró ese golpe de fortuna para dejar en prácticamente nada el encomiable esfuerzo de su rival.

Observando el ritmo, la intensidad del juego del comienzo, cualquiera hubiese asegurado que ambos equipos eran muy conscientes de que se trata de un duelo al mejor de 180 minutos. Nadie parecía tener excesivo interés en imponer su ley, sí en asegurar las posiciones a fin de eludir sorpresas.

Desde la perspectiva del Athletic, dicha actitud podía apoyarse en el argumento del partido de vuelta dentro de una semana, todo lo que fuera mantener la puerta propia a cero resultaba positivo. Lo de Osasuna, en cambio, más pareció obedecer a una falta de recursos.

Si ya la disposición rojiblanca planteaba serias dificultades, con Gurpegi y Javi Martínez barriendo con eficiencia todo el ancho del terreno por delante de su zaga, tampoco hubo excesiva inspiración en aquellos hombres que pueden desequilibrar. Nekounam, el director de orquesta perdió bastantes pases, mientras que ni Masoud ni Juanfran fueron capaces de superar a sus pares por las bandas.

Ezquerro fue quien más inquietó, de hecho estuvo en las pocas situaciones de cierto agobio para Iraizoz, mientras Portillo pasó como alma en pena, de modo que todo el bagaje ofensivo quedó reducido a tres remates, dos del ex rojiblanco. Ninguno requirió la intervención del portero del Athletic.

Pocas ocasiones. En la parte opuesta del terreno, aún hubo menos acciones para reseñar, siendo la más evidente la que abrió la contienda, un derribo de Sergio a Susaeta dentro del área que el árbitro no vio. Aparte de esto, Ricardo se limitó a recibir cesiones de sus defensas, y es que el Athletic, firme en tareas destructivas, apenas se proyectó, estaba conforme con el 0-0. A Osasuna sin embargo no le debía llenar tanto dicho marcador y en el arranque de la segunda mitad, apoyado en los buenos detalles de Ezquerro, empezó a meter presión a un Athletic que continuó mostrándose demasiado expectante.

Portillo fue quien más fácil lo tuvo para marcar, pero voleó fatal un pase de la muerte de Juanfran, luego probaron Ezquerro, Nekounam y de nuevo Portillo. Osasuna se fue para arriba y calentó por fin a la grada, así como a Camacho, que optó por renovar el ataque, aunque en la maniobra perdió a su hombre más acertado, Ezquerro. No obstante, Pandiani justificó plenamente su presencia sobre el césped.

Un córner de Susaeta que Iraola increíblemente no alojó en la red por picarle en exceso sin oposición alguna fue la única cuña que el Athletic introdujo en una dinámica de neto color local. Fue la ocasión más clara de la noche, pero su peso en la balanza no equilibró el número de intentos rojillos. Pandiani y Sunny quemaron sin puntería los últimos cartuchos.

El Athletic ansiaba el pitido final cuando surgió el oportunismo de Llorente en la última acción. Su gol dejó con un palmo de narices a un Osasuna que hizo méritos de sobra para obtener un marcador favorable. Por esfuerzo y profundidad fue netamente superior al conjunto de Caparrós en la segunda mitad, pero el marcador final reflejó otra cosa bien distinta.

El detalle: buen césped pese al intenso frío

Pese al temporal que durante la semana ha cubierto de nieve Navarra, el partido se disputó sobre un césped en buen estado, sin signos del fuerte frío reinante. A la hora de inicio del choque, el termómetro marcaba dos grados por debajo de cero.

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