Liga BBVA | Málaga 2 - Numancia 0

Empujón divino para el Málaga

Un inexistente penalti a Eliseu en el 86' rompió el partido. Apoño y Baha, goleadores, Buen Numancia, que mereció más Delgado Ferreiro, mal

VICTORIA SOBRE LA BOCINA. Miguel Ángel empalma el balón en una jugada que acabó anulada por fuera de juego.

La imagen del partido fue la piña de los jugadores del Málaga alrededor del fotógrafo del club, que perdió a su madre esta semana. Tal vez sólo la fe, que está detrás de cualquier dedicatoria de ese tipo, puede explicar que el Málaga le ganase ayer al Numancia, que le secó el grifo casi todo el partido hasta que Delgado Ferreiro vio tan claro un derribo a Eliseu que ni consultó al asistente. Éste, en vez de echarle un cable se lavó las manos y le arruinó el partido al humilde Numancia, que en lo suyo es el mejor y había terminado por cerrarle los circuitos y aburrir al Málaga. Apoño tuvo buen pulso y no falló ante Juan Pablo. Y luego Baha, con La Rosaleda empujándole en una carrera de cincuenta metros, cerró un partido cuyo desenlace pareció una fotocopia del Barcelona-Madrid del sábado, con un equipo deprimido por el gol encajado y desairado por el error arbitral, y el otro felicísimo, casi incrédulo por el desarrollo de los acontecimientos.

Porque el Numancia consiguió hacer el silencio en La Rosaleda, especialmente en la segunda parte, donde congeló el balón y mantuvo el juego alejado de su portería. Lo mejor que se puede decir del Numancia es que tiene sello. Sus jugadores pertenecen a una clase media-baja y es casi imposible esperar de ellos un chispazo genial. Por eso los 14 puntos que tiene se los ha ganado con estajanovismo puro y un espíritu solidario admirable. Cada jugador ayuda al compañero, no hay un mal reproche ni una mala voz. Es fácil confundir un jugador con otro porque el diseño es de serie. Sólo chirría el escurridizo Quero, que ayer se enredó demasiado. Jugó sin inspiración. En eso se le pareció mucho el Málaga, que sí jugó una primera parte más que decente, tanto que pudo volcar el partido nada más empezar, con una galopada estupenda de Luque que le puso el balón en la cabeza a Eliseu. Éste lo mandó al limbo. Luego apareció Baha en otra jugada de tiralíneas, pero se agigantó Juan Pablo, que iba para gran héroe del partido hasta ese inesperado desenlace.

En un proceso casi invisible, y que realmente sólo fue detectable hasta que faltó un cuarto de hora, el Numancia ahogó al Málaga. Miguel Ángel y Apoño tenían problemas para distribuir y Duda y Eliseu eran islas. Pero Baha y Luque se entendieron en la mejor jugada del partido, con un pase espectacular del marroquí y un control bellísimo del catalán que le sirvió para acomodarse el balón. A su pierna izquierda, donde es casi infalible. Pero falló. Al Málaga le pareció que, si no había sido ahí, el Numancia se iba a llevar algo de la caja fuerte de Tapia. Empezaron a rondar balones por la portería de Tapia y hasta algunos pitos, más de rabia que de desconsideración con un equipo que sólo merece reconocimiento. Kresic introdujo a Mario y un poco más tarde a Aranda por más que éste debutase ayer y estuviese sin ritmo. Y es que Kresic sospechaba que hasta se podía encontrar algo mejor que el 0-0.

Pero en uno de esos momentos muertos y extrañas discontinuidades que sólo tiene el fútbol, Eliseu peleó por un balón, lo controló bien y puso su cuerpo en medio de Bellvís. Fue la fractura del partido, inesperada pero suficiente para el Málaga. Su victoria, que le compensa sus quejas arbitrales y de poca fortuna en otros partidos, le pone en una situación privilegiada, en el antepalco de los nobles. El Málaga ya tiene la mitad de los puntos que hacen falta para seguir en Primera, pero lo que la afición se paró a pensar ayer cuando salió de La Rosaleda es que ya no verá más fútbol en 2008 en Martiricos. Y que 2008 ha sido un año inolvidable. Y se le multiplicaron los flashes de aquella victoria de primavera contra el Sporting. Y aquel nefasto 4-6 ante el Hércules que casi hace zozobrar a sus héroes. Y el 15 de junio, día oficial de un ascenso que era una supervivencia. Y al fin, otra vez la vida en el jardín de los ricos, la Primera. Un gran 2008, exactamente igual que el Numancia, al que todavía queda una fiesta la semana que viene en Los Pajaritos. A disfrutarla.

El detalle: Aranda debutó de nuevo con el Numancia

Carlos Aranda debutó ayer con el Numancia. Otra nueva etapa en la ciudad soriana, posiblemente la que mejor haya entendido su singularidad como jugador. Se abrazó a Fernando, que también estaba a punto de salir al césped, y buscó un gol y ritmo en un cuarto de hora. Su vuelta es una grata noticia.

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