Copa de la UEFA | SK Brann 2 - Deportivo 0

Jueves negro en Noruega

El Brann destroza a un desconocido Depor. Debut para el olvido de Colotto. Toca remontar en Riazor.

Carlos Méndez
Una imagen del partido

Bergen ha hecho méritos para entrar en la leyenda negra del Deportivo. El equipo de Lotina se dejó anoche media eliminatoria en Noruega en un partido donde lo menos malo fue el resultado, por increíble que parezca. El Deportivo rozó el ridículo durante muchos minutos, naufragó en defensa, hizo dos regalos que le costaron dos goles y pudo incluso haberse llevado una derrota más severa contra el Brann. Un día para olvidar lo antes posible.

No tuvo un debut afortunado Colotto. Al argentino se le vio poco adaptado al esquema de Lotina desde el primer instante del partido. A los siete minutos, ya había perdido un balón peligroso que acabó en un disparo desviado del espigado Huseklepp. Pero lo peor estaba por llegar. Inexplicablemente, Colotto sujetó a Hanstveit a la entrada del área y el belga Verbis no tardó ni un segundo en indicar el absurdo penalti. El agarrón ofrecía pocas dudas (hasta se rompió la camiseta), aunque el argentino reclamó que la acción había empezado fuera del área. El árbitro hizo oídos sordos, Bjarnason no perdonó y puso por delante a su equipo ante el delirio de los pocos (pero animosos) aficionados que se acercaron anoche al estadio. Era el minuto 20 y el partido entró en una fase más que preocupante.

El Deportivo pareció desaparecer por momentos del terreno de juego y sólo la fortuna impidió que el Brann aumentase su renta en los siguientes minutos. En pleno desconcierto de la defensa, Bjornsson y Huseklepp fallaron lo infallable. Aranzubia y Piscu salvaron in extremis en la misma acción lo que parecía un gol seguro.

Pero justo cuando el Deportivo parecía salir de su estado de shock, llegó el segundo palo. Un disparo lejano de Solli, sin aparente peligro, dobló las manos a Aranzubia y el balón se coló en la portería del Deportivo. Seguramente no era el regalo que el guardameta se habría hecho en el día de su 29º cumpleaños, pero esa acción ponía directamente al equipo de Lotina contra las cuerdas. Una pena, porque el portero estaba entre lo poco salvable de su equipo hasta ese momento.

Un desastre.

Si el balance defensivo era desastroso, el ofensivo no era mucho mejor. Una sola ocasión tuvo el Deportivo en los primeros 45 minutos. Todavía con empate, Valerón le puso un balón de gol a Omar Bravo, pero Udjus se echó encima del delantero y cerró los espacios. El resto de la primera parte fue un querer y no poder. La velocidad de Huseklepp (por fortuna, el acierto cara el gol no parece una de sus mejores virtudes), los contraataques del Brann y el tembleque de la defensa del Deportivo hacían temer lo peor cuando los dos equipos se marcharon a los vestuarios al descanso.

Parecía imposible, pero el asunto estuvo a punto de empeorar en el primer minuto de la segunda parte. Huseklepp, una pesadilla, se plantó solo ante Aranzubia y el balón acabó estrellándose en el palo derecho de la portería del Deportivo. La fortuna salvó al equipo coruñés de un tercer tanto que habría sido demoledor para la eliminatoria.

Lotina renunció entonces a su defensa de cinco jugadores, dio entrada a Filipe Luis y sacó del campo a Colotto. El Deportivo empezó a llegar algo más, pero las contras del Brann seguían sembrando el pánico. El pequeño se comía al teórico grande, la afición noruega se frotaba los ojos y ya nada cambiaría hasta el final. Ahora toca recomponer al equipo para pensar en la remontada en Riazor.

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