Primera | Racing 1 - Sevilla 1

Juanjo vengó la estirada de Palop

El ariete hizo justicia de cabeza a los dos minutos de salir. El portero del Sevilla paró un penalti a Garay con 0-0. Luis Fabiano adelantó a los de Jiménez

TRIUNFADOR. Juanjo fue el héroe local al marcar el gol del empate nada más salir al campo. En la imagen, el canterano pelea con su marcador; Squillaci.

Aseguran que se entrena como se juega, y viceversa, pero nunca un dicho popular se había cumplido tan a rajatabla como esta vez. Garay falló un penalti en el minuto 44' de la misma manera que lo había hecho sólo un día antes en el último entrenamiento previo a este partido, con su compañero Toño enfrente y sus amigos en la grada: ejecutó la pena máxima con un disparo duro y a la derecha del portero. Falló y se retiró a la ducha maldiciendo. Como ayer. A su vez, y después de ese último ensayo, Juanjo, el canterano verdiblanco que estuvo cedido en el Sánchez Pizjuán la temporada pasada y ha vuelto a Santander hecho un hombre, se atrevió a acompañar a AS a la plaza de toros de Cuatro Caminos para hacer un reportaje. Allí se soltó, capote en mano: "Ya le marqué al Sevilla en mi debut en Primera y quiero repetir". Dicho y hecho. Ellos dos, Garay y Juanjo, fueron los hombres del partido por parte verdiblanca, como también quisieron serlo Palop, Squillaci y el goleador Luis Fabiano por el bando andaluz. Todos ellos, con sus aciertos y sus fallos, reflejaron en el marcador final un resultado justo. Delicioso para la modestia del Racing e insuficiente para la ambición de este Sevilla galáctico.

La resaca.

Las sensaciones que arroja este debut liguero son contrapuestas para uno y otro equipo. El empate es un do de pecho para los de Muñiz en mitad de un ambiente enrarecido porque, no lo olviden, hoy es un día clave para el capítulo de altas y bajas que incluso daría para escribir un libro cuyo título aconsejo: "Tropelías y sonrojos: entregados a un intermediario". El Racing se sobrepuso ayer a esas adversidades porque sus jugadores desbordan profesionalidad. Muchos no podían fingir su enfado tras el feo que le han hecho a un peso pesado e "intransferible" (dixit) como es César Navas, enseñándole la puerta de salida a falta de unas horas para que se cierre el mercado de fichajes. Lo olvidaron. Se encomendaron a la perfecta estrategia de Muñiz. Se agruparon en el centro del campo hasta anular a Romaric. Demostraron que con desgaste y solidaridad todo fue posible y lo sigue siendo. Presionaron como nunca y lo dieron todo como siempre.

Por contra, el punto arrancado de El Sardinero no contenta al sevillismo. El equipo de Jiménez estuvo a merced de un modesto. Despertó cuando Palop le dio por recordarle a Del Bosque que sigue en forma. Vivió de las arrancadas de Adriano y del instinto de Luis Fabiano. Bien es cierto que el Sevilla gozó de varias ocasiones y convirtió a Toño en héroe (y eso que sus cervicales casi le dejan en el banquillo), pero también evidenció algunas lagunas preocupantes si quiere codearse con los grandes.

Del primer tiempo cabe destacar la buena temperatura, la emocionante entonación de la Fuente de Cacho y otros complementos, porque el balón sólo recibió desprecios. Hasta la jugada del penalti, la emoción la ponía el Carrusel. Menos mal que Squillaci, torpón como pocos, se encontró la pierna de Lacen en un despeje y la arrolló. Undiano decretó el penalti y el desenlace ya lo saben. Garay falló.

Metamorfosis.

El agua del descanso refrescó a los jugadores y les aclaró que la pretemporada ya finalizó. El ritmo fue otro; y el acierto también. El Racing entendió que con Munitis y Pereira arriba los pelotazos no eran justificados y era mejor dársela a Jorge López o Serrano para realizar la transición defensa-ataque. Entonces Muñiz decidió sentar al combativo y motivado capitán. Metió a Tchité y dio libertad a Pereira. La pequeña gran perla que el Villarreal cedió al Racing se dejó ver por el área, molestó entre líneas y corrió la banda. Se benefició de un partido más vivo.

Y roto cuando Luis Fabiano apareció. Resolvió a la media vuelta un mal rechace local en el 70'. Aun así, el Racing no se vino abajo. Su respuesta fue feroz. Entró Juanjo y, sólo dos minutos después, empató de cabeza cumpliendo su promesa. Ambos equipos se desataron entonces en busca de la victoria pero nadie la consiguió matemáticamente. Aunque, eso sí, moralmente el Racing salió ganador.

El detalle. Placas a Garay y Echávarri

Francisco Pernía, presidente del Racing, entregó a Ezequiel Garay (oro con Argentina) y Fernando Echávarri (oro en vela) dos placas en reconocimiento a los logros obtenidos por ambos en Pekín. Alejandro Abascal, director del CAR de Vela, la recogió en nombre del regatista cántabro.

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