A despejar dudas

Sé que estamos en pretemporada y la validez de los resultados queda en un segundo plano. Priman más las sensaciones, la respuesta de las piernas o la escasez de contratiempos, muchas veces en forma de lesiones. Pero siempre es mejor ganar. Con las victorias uno sólo atina a sonreír, analiza después los partidos sin rencores ni presión. Se queda con las buenas sensaciones y se dispone a limar los defectos con la mejor de las intenciones. Pero la derrota cambia la actitud. Hace brotar las sospechas y la incertidumbre: ¿Tenemos buen equipo? ¿Cuántos fichajes más necesitamos para ser competitivos? Eso es, más o menos lo que pasó en Pamplona el pasado sábado y, eso mismo, es lo que quiere cortar de raíz el Racing esta tarde en Ipurúa ante el Éibar. Vencer para no dudar.

Pruebas.

Las características del estadio que albergará el encuentro no dan cabida a las florituras pero si es un buen escenario, con sus estrecheces, para saber si con Duscher no se ha esfumado el pundonor de este equipo. Ante el Éibar es una buena oportunidad de ver de nuevo a Lacen, comprobar si su entendimiento con Colsa llama a la esperanza y si Tchité se ha olvidado de marcar para siempre o se está reservando para el terrible inicio de Liga. También es un buen día para que Christian le demuestre a Muñiz que no se conformará con ser suplente de Sepsi (se ausentará al estar convocado con Rumanía) y para que Edu Bedia confirme su madurez. E incluso para que Smolarek traslade a los partidos su mejoría en esta última semana de entrenamientos.

Muñiz hará dos equipos para dosificar esfuerzos y probar ecuaciones hasta que dé con la fórmula ideal. Sólo quedan 12 días para el debut liguero y hay que decidir. Toño o Coltori, Navas o Zé Antonio, Juanjo o Tchité. También probará a Moratón de lateral (por si no llega el reserva de Pinillos a tiempo) y alternará a Munitis en banda y en la punta de ataque como también hace Pereira, que tampoco jugará al estar con la Sub-21. Estos movimientos los ensayará en el entrenamiento matutino previo al partido. Porque, eso sí: si no se gana, por trabajo no será.