Eurocopa 2008 - Grupo D | España

Luis llamó ayer al orden al Niño: "Esto no queda así"

El cambio de Torres a los ocho minutos del segundo tiempo provocó el desplante del delantero, que le negó el saludo a Luis antes de tirar la sudadera y sentarse con mala cara en el banquillo. El técnico Luis le dio un toque y le llamó al orden. Primer roce de convivencia serio.

Damián González

Luis no se cortó ayer y dejó caer su malestar por el desplante que le hizo el Niño Torres tras ser sustituido por Cesc en el segundo tiempo ante Rusia. El delantero del Liverpool miró para otro lado evitando el saludo al seleccionador, tiró la sudadera y se sentó en el banquillo con muy mala cara, tono agrio que sólo cambió para responder con una sonrisa al gesto de Villa de dedicarle el 3-0. Preguntado por AS acerca de si este asunto podría remover otros parecidos de hace dos años en el Mundial, en aquella ocasión con los veteranos y con Raúl a la cabeza, y provocar roces o daños colaterales similares, Luis respondió con una llamada al orden al Niño: "Son cosas que se quedan en el vestuario, asuntos interiores. Ahora, sí le puedo asegurar que esto no se queda así, son cosas nuestras que no debo decir en ningún momento, pero no, esto no quedará así".

El técnico añadió: "Comprendo al jugador que se enfada y en eso estoy con Torres, a mí me ha pasado, pero el ambiente del grupo es extraordinario, se ha trabajado en lograrlo entre todos y son tan importantes los que juegan como los que no. El que no juega se debe enfadar consigo mismo y luego con quien sea, pero la corrección posterior es importante. ¿El detalle de Villa? Muestra la cohesión en el grupo".

Dicho esto, Luis dejó el palo y cogió la zanahoria deportiva, que, por otra parte, el Niño se ganó durante sus 53 minutos con una magnífica actuación abriendo huecos para Villa y regalándole el primer gol: "Torres trabajó arriba no sólo en ataque, sino para tapar a uno de sus defensas relevándose en la presión del repliegue defensivo con Villa, y lo hizo perfectamente. Los goles son cosas de rachas, a Villa le ha venido una buena y en otro momento le tocará a Torres. El cambio lo hice porque necesitaba otro hombre en el centro del campo".

Pulso y estilo. Mientras el Niño quitaba hierro, a la espera de que el aviso público se lo dé en privado, el trasfondo de la 'contrarreacción' del técnico tendría que ver con su deseo de frenar la repetición de situaciones que se dieron en el Mundial, evitar la sombra de las "malas caritas" de hace dos años en Alemania, cuando ya dejó caer que "los veteranos me están echando un pulso y lo voy a ganar". Pero también subyace su especial relación amor-odio con el Niño, manifestada estos últimos años en anécdotas polémicas ("no le llamo esta vez para que aprenda", dijo una vez). Torres abandera la apuesta por el fútbol más directo, vertical y a la contra, aunque se esfuerza por hacer bueno lo que ya dijo a este periódico: "Soy yo el que debo adaptarme al estilo de España, y no al revés". Hay pulso.

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