El Racing vuelve a sonreír

Sólo cuatro días ha durado el estado de decepción que se había instalado en Cantabria. Tras el varapalo sufrido en Copa a manos del Getafe, las opciones del Racing de regresar a los puestos de UEFA pasaban por ganar a un Recre metido en el descenso. Y lo logró, aunque no sin sufrimiento. Órteman apareció cuando peor pintaban las cosas para desatascar a los de Marcelino, que por ese minuto 80 chocaban una y otra vez contra la muralla andaluza y su propia ineptitud. El uruguayo acertó con un zapatazo desde la frontal. Tumbó a un rival tenaz pero sin pegada y aupó a su equipo al quinto puesto. Europa saluda de nuevo.

El partido fue feo a rabiar, pero tuvo sus detalles. Eso sí, la mayoría de ellos en forma de pifias. Colsa sabe de lo que hablo. El casi siempre genial centrocampista desperdició un gol cantado a bocajarro, como ya hiciera en Copa. Estos errores, como también sucedió el miércoles, despertaron al adversario. Así, Martins puso en aprietos a Coltorti desde lejos en la primera ocasión onubense. La siguiente, y última, estuvo en la cabeza de Sinama pero Ayoze, bajo palos, evitó que cantara gol.

Al Racing no le faltó motivación en estos primeros compases ya que la derrota del Sevilla y las noticias procedentes de Murcia invitaban, al menos, a correr. Pero muchas veces es clave saber en qué dirección. Y ahí se atascó el conjunto verdiblanco. Tras haber podido sentenciar al inicio, entró en una fase de precipitación. No elaboró la jugada, fue previsible, abusó de balones frontales, arriesgó demasiado en la circulación y no cambió el ritmo a partir de tres cuartos de campo. Con tanto defecto, al Recre le bastaba con no fracturarse, encomendarse a la calidad de Martins y esperar un nuevo milagro de Sinama.

El desenlace. El segundo asalto fue aún peor, con un juego repleto de maltratos al balón. Ambas defensas imponían su ley hasta que la expulsión de Cáceres en el 63' metió atrás al Recre, aunque no mejoró a un Racing fallón. Sin embargo, la solidez de Navas y Moratón y las incorporaciones de Tchité y Serrano imprimieron la tensión que faltaba cuando el cansancio ya hacía mella. El corazón primaba sobre la cabeza y, gracias a ese empuje, llegó el gol de Órteman tras un dudoso fuera de juego de Tchité. El Recre cayó noqueado y, aunque justo antes soñó con un empate, pidió el final a gritos. Smolarek desoyó esas quejas y sentenció con su cuarto gol en Liga al aprovechar que Sorrentino subió a un córner para erigirse en héroe.

Entonces, la Fuente de Cacho comenzó a sonar con fuerza. Un cántico al que se añorará en la próxima final de Copa, pero al que, a falta de confirmación, ya se le han reservado escenarios de más tronío. Todos los que integren la gira por Europa.