"Llevé a los actores al Bernabéu y se pusieron a llorar"

Supongo que será un amante del fútbol. Sus dos películas giran en torno a él...

Pues no, pero tanto 14 kilómetros como La gran final se basan en el fútbol porque es un elemento globalizador y es el mayor nexo de unión entre todos los habitantes del mundo. Mi objetivo es concienciar a todos sobre la inmigración.

¿Por qué decidió que el protagonista, Buba, idolatrara a Diarra?

Porque es así en la vida real. Los actores no son profesionales, son nativos de África. He viajado mucho a allí y siempre me llamó la atención la obsesión que tienen todos los jóvenes por emular a sus ídolos Diarra, Etoo o Drogba. Para ellos, ésa es la mejor vía de escape a la pobreza.

Etoo y Drogba son más mediáticos. ¿Por qué eligió a Diarra?

Fue curioso. Todos los niños me decían: "Nuestro ídolo es Djila, el del Madrid". Les dije que no había nadie con ese nombre en el Real, pues no sabía que ése era el apodo de Diarra. El protagonista sale tal y como viste a diario: con la camiseta del Madrid y el nombre de Djila y el '6' serigrafiado.

¿Cómo son las vidas de estos niños normalmente?

Pasan mucho tiempo jugando al fútbol. Lo hacen en cualquier pedregal y la pelota que utilizan es un trapo liado con una cuerda. Dicen que la mejor cantera de jugadores está en África y yo lo puedo corroborar. Es espectacular y quería reflejarlo en la película. Sueñan con jugar en el Madrid pero se conformarían con llegar a 2ª B.

¿Como eligió al personaje?

Pues Buba no sabía apenas jugar al fútbol. Hice un casting en los numerosos equipos que había allí. Conseguí a uno maravilloso pero, dos días antes de comenzar a grabar, me dijo que no podía porque su religión no le permite mirar a la cara a una mujer, y menos tocarla. Un amigo africano me presentó a otro chaval que hacía teatro en el Liceo Francés. Nada más verle dije: "Este es mi hombre".

¿Y qué sabe ahora de él?

Este mes vino a España con su hermano en la peli. Los llevé al Bernabéu para hacer el Tour y no te puedes imaginar lo que sentí cuando bajamos al césped y se pusieron a llorar. Es más: cortaron hierba sin que les viera nadie y se la guardaron en el bolsillo. Simplemente con ir a Mali con una parte del Bernabéu ya serán envidiados. Me encantaría que Diarra viera la película. Le gustará.