Primera | Real Madrid

'14 kilómetros', el film del niño que quiere ser Diarra

'14 Kilómetros' ha ganado la Espiga de Oro en la Seminci de Valladolid. La película cuenta el reto de un joven futbolista malí que es fan de Diarra. El actor, no profesional, escenifica su sueño en la vida real: jugar en el Madrid.

Sin ser una estrella mediática como en su día lo fueron Di Stéfano, Pelé o Maradona, Mahamadou Diarra ya tiene algo en común con estos iconos del balompié. El centrocampista del Madrid puede presumir, como ellos, de haber animado a un director de cine a rodar una película en la que él es una pieza clave. Esta vez, el seducido es Gerardo Olivares, un cordobés que ha dirigido 14 kilómetros para contar la esperanza de millones de africanos de poder llegar a Europa en busca de un mundo mejor. Un sueño que ya ha cumplido Diarra.

El malí no protagoniza este film por sus logros futbolísticos como lo hicieron 'La Saeta' en La Batalla del Domingo, 'O Rei' en Evasión o Victoria o el 'Pelusa' en La Mano de Dios. Su caso es diferente. Menos reconocido, igual de gratificante pero más humano. Él ha inspirado una historia porque es un referente para sus compatriotas por su éxito a la hora de esquivar la pobreza y luego combatirla: Diarra ha sufragado los gastos del alcantarillado y alumbrado de un barrio de Bamako. Por ello, su vuelta a casa para jugar la Copa de África no se espera, se desea; aunque el Madrid intentará retrasar el viaje para que juegue ante el Zaragoza el 6 de enero.

El cayuco. Esta devoción por Diarra es la que refleja en la película Buba, un adolescente cuya pasión por el fútbol le hace iniciar un viaje a pie atravesando el desierto del Teneré y aferrado a un balón para llegar a España y probar suerte. Mukela, su hermano ficticio, y Violeta (una prostituta) le acompañan en su peligroso trayecto hasta Marruecos, donde un cayuco les espera para cruzar los 14 kilómetros que separan África de Europa. Esa barrera que cumple un sueño o lo derriba. Que da la vida o la arrebata.

14 kilómetros ha visto la luz tras dos años de trabajo. El tiempo transcurrido desde el último viaje de Gerardo Olivares a Níger y Mali hasta su presentación en el festival de Cine Internacional de Valladolid, donde se alzó con la Espiga de Oro. El rodaje no fue fácil. En primer lugar porque los actores no eran profesionales (según el director, "para que la historia no perdiera frescura"). Y en él no faltaron las anécdotas. Algunas amables, como el montaje de la chilena de la foto que encabeza este reportaje ("No le daba nunca"). Otras no tanto: "Hice un casting para elegir a la protagonista. Visitaron mi hotel cientos de mujeres. Pero creyeron que estaba grabando una porno. Tuve que enseñarles la cinta porque llegaron a apedrear a la elegida".

Esta es la historia de uno de los 600.000 inmigrantes que llegan a España al año: 300.000 por tierra procedentes del Este, 200.000 en avión desde Latinoamérica y el 4% en cayucos. Diarra ha conocido esta historia gracias a AS y quiere ver esta película a toda costa. Ése será su sentido homenaje a todos aquellos que triunfaron en su arriesgada aventura y, cómo no, a los que no lo lograron.

Lo más visto

Más noticias