Una bronca mayúscula cierra la gira holandesa

El árbitro suspendió el encuentro a diez del final

El Athletic ha regresado de su gira por Holanda sin una derrota que llevarse a la boca. Y vivo, que no es mal final para el encuentro contra el Vitesse, que se tuvo que suspender a diez minutos del final tras una monumental bronca alrededor del banquillo de Joaquín Caparrós. Todo arrancó en una jugada sin aparente trascendencia. El balón estaba lejos del área. Lo peleaban Javi Martínez y Swerts, quien atizó un puñetazo a Javi Martínez, que acabó tendido en el suelo. Le cazó en el parietal izquierdo.

La suciedad de Swerts encontró respuesta en Expósito, que recriminó su acción y tuvo continuidad en la zona técnica del Athletic. Uno de los auxiliares de Aad de Mos se fue a la caza de Caparrós, que había entrado al campo para llamar la atención de Swerts. Luci, su segundo, se quitó a un par de futbolistas del Vitesse de un manotazo y los empujones fueron constantes. Los puños volaban y el árbitro, que durante todo el partido había sido demasiado permisivo con el Vitesse, lo seguía desde el centro del campo.

La bronca fue en aumento al saltar un par de aficionados que llegaron hasta el banquillo del Athletic, para entonces una mezcla de colores y de insultos en todos los idiomas conocidos. En ese momento Kevin Blom mandó a todos los futbolistas al vestuario. En el camino hacia el tunel todavía hubo tiempo para miradas desafiantes y empujones.

De lo que se vio antes de la trifulca no hay demasiado que reseñar porque la prueba no pasara a los anales del fútbol. Pero si alguno de los dos equipos le sacó partido, fue el Athletic, que además acabó invicto la gira holandesa.

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