El Liverpool puso el fútbol ante la maraña del Chelsea

Un equipo atacó, el Liverpool, pero le falta pólvora. El otro, el Chelsea, le esperó atrás porque sintió que con un empate le bastaba. Total que como nadie erró, cero a cero. Por lo demás, el ambiente de Anfield sólo se le pareció al legendario partido de vuelta de las semifinales de la Champions en los títulos de crédito. Jugaban los mismos equipos, pero a nadie se le ocurrió engalanarlo con el griterío de aquél: hasta había asientos vacíos en Anfield.

Al fin y al cabo, el resultado con el que acabó el partido les venía bien a ambos después de haber vencido en el encuentro inaugural del grupo. La intensidad y velocidad del juego no dio para muchas ocasiones pero sí para parecer que en cualquier momento podría producirse una. Y una hubo solamente, un zapatazo de Robben desviado con palomita por Reina que estuvo sólido.

Rafa, que puso a tres delanteros, probó por primera vez a Gerrard de mediapunta ante el Chelsea el pasado enero y ayer le devolvió a la posición adelantada que mejor se ajusta a su visión caótica del fútbol y a su inmenso talento. Xabi Alonso, que está mejorando en su labor defensiva, y Hamann le guardaron las espaldas y la presencia del gigante Crouch hizo que el Chelsea jugara más retrasado que de costumbre si cabe. El Liverpool, como queda dicho, llevó la iniciativa y el partido vivió al filo de algo bueno. Sólo que no acabó de llegar. Algún incidente en el área calentó a la grada (mano de Gallas a cabezazo de Carragher), pero por lo general la batalla de Inglaterra quedó en escaramuza. En la Premier League, el domingo, será otra cosa.