El fútbol del siglo XVII

Cada año en Ashbourne, desde hace siglos, se celebra el partido de fútbol más grande del mundo. Juegan cientos contra cientos en un campo de 4,5 kilómetros por 3 kilómetros, con el pueblo entremedias, dura dos días y puede acabar, como ocurrió esta semana, en empate a cero. Su origen es tan antiguo que hay quien dice que se ha jugado durante más de mil años. Un fuego en la oficina del comité organizador a finales del Siglo XIX se tragó el registro del partido y ahora la referencia más antigua procede de 1683.

El segundo martes y miércoles de febrero de cada año todos los hombres, mujeres y niños del pueblo inglés se lanzan a la calle para participar en el masivo encuentro. El evento cuenta con la aprobación real desde 1928. El partido, desde entonces, no es uno cualquiera, sino el solemne Royal Shrovetide Football y hace un par de años Carlos de Inglaterra participó en el mismo.

El encuentro enfrenta a los Up'ards (los nacidos en la zona norte del río Henmore) contra los Down'ards, los sureños, y puede durar hasta las diez de la noche. Si se marca un gol antes de las seis de la tarde, se utiliza un balón nuevo; si es tras las seis, el partido acaba ese día con el tanto. Y reglas como estas hay unas cuantas, aunque si le preguntas a un lugareño, básicamente todo vale.

No hay tácticas, ni regates. De hecho, aunque el balón, hecho de corcho por si cae al río, puede jugarse con cualquier parte del cuerpo, pasa la mayor parte del día de mano en mano. Las porterías, antiguamente las ruedas de dos molinos, son dos palos y se marca un gol golpeando el balón tres veces con el poste. Y si eso ocurre, el que golea se lleva la pelota a casa. No hace falta añadir que los pubs abren desde primera horas de la mañana, las tiendas y los bancos cierran los dos días por lo que pueda pasar y el hospital se abarrota de vecinos llenos de morados.

El Reglamento prohíbe matar

Las principales normas del partido son: mantener el balón alejado de las iglesias y del cementerio; no se puede entrar en propiedades privadas; la pelota no se puede ocultar en bolsas, ni transportada en vehículos motorizados. Y según dicta la normativa original, no se puede matar a un contrincante voluntariamente. Hay muchas teorías sobre el origen del partido, pero la más popular es la que sugiere que la pelota fue inicialmente una cabeza que cayó al público tras una ejecución.

Las legiones ya practicaban el Arpastum, un juego de guerra

Las legiones romanas practicaban un deporte llamado Arpastum y basado en tácticas de batalla de características similares al Calcio Fiorentino, que comenzó a practicarse en el año 1500 en las plazas de Florencia con ocasión del carnaval. El 17 de febrero de 1530, cuando Florencia fue asediada por las tropas de Carlos V, se jugó en la plaza de Santa Cruz un partido como forma de desprecio al enemigo. La práctica cayó en el olvido hasta 1930, año desde el que se celebran tres partidos anuales en los meses de junio y julio, con motivo de las fiestas de San Giovanni, patrón de Florencia. El partido dura 50 minutos y lo disputan dos equipos de 27 jugadores dispuestos sobre un campo de arena de forma rectangular. El premio al vencedor es una vaca cortada en filetes y su peso en vino de Chianti.