"Peor no se puede estar, pero no quiero dar pena"

Imagino que esto no se lo esperaba.

Para nada. Llegué en junio con muchas ilusiones y ganas a un equipo que había demostrado que tenía interés en mí. Las cosas no han salido como esperaba y aunque en el club me habían dicho que se podía dar esta circunstancia, ya que iban a firmar a otro jugador, no me hacía a la idea de que finalmente pudiese pasar.

¿Se arrepiente de fichar por el Albacete?

En el Zaragoza no estaba jugando y quería sentirme futbolista otra vez. Está claro que profesionalmente no ha sido un paso bueno y no tomé la decisión correcta como jugador.

¿Quién es el culpable toda esta situación?

Mire, yo respeto la decisión del entrenador y de la secretaría técnica, aunque lógicamente no la comparta. Pero a nivel personal creo que no se han portado bien conmigo. No señalo a los posibles culpables, porque aquí lo que prima es el interés futbolísitico. Tengo claro que después de todo, mi conclusión no es otra que en esto los valores futbolísticos y los personales no van juntos. No soy el primero al que le pasa esto y no seré el último. Éste es el último paso de un futbolista y peor no se puede estar. Me siento jugador porque soy profesional, pero mi situación no es buena.

Me pregunto cómo se entrena ahora un jugador que sabe que cuando llega la fiesta, los domingos, no puede bailar.

Yo voy a seguir entrenándome fuerte, porque a mí me encanta mi profesión y si no lo hiciese me perjudicaría aún más. Creo que el fútbol es justo y si merezco salir de esta situación, saldré. En todos los entrenamientos quiero demostrar que soy capaz, pero no sólo de estar entre los 25, sino de ser titular. Lo primero que hice cuando me comunicaron esto fue hablar con los compañeros y les dije que la mejor ayuda que me podían dar es tratarme igual que a los demás. Si en los entrenamientos me tienen que pegar una bronca, que lo hagan y si me tienen que dar una patada, también. No quiero dar pena a nadie. Por cierto, un mensaje a los nuevos: que no piensen ellos que son los culpables. Ellos tienen que hacerlo lo mejor posible para que el Albacete siga en Primera. Y una cosa más. No tengo ninguna queja de la afición, porque me están dando un gran trato. Eso sí, cuando en alguna ocasión se dice aquello de que somos unos mercenarios y no sentimos los colores, que se pongan en mi situación.