Zermatt plantea construir un rascacielos para solucionar la falta de viviendas
El proyecto Lina Peak propone una torre de 260 metros en los Alpes suizos para aliviar la escasez de alojamiento para residentes y trabajadores de temporada.
Zermatt, uno de los destinos de montaña más emblemáticos de Europa, se enfrenta a una grave crisis de vivienda derivada de la presión turística y el encarecimiento del suelo. Para responder a este problema, un ambicioso proyecto urbanístico ha sacudido al pequeño municipio suizo: la posible construcción de Lina Peak, un rascacielos de 260 metros de altura que cambiaría radicalmente el perfil del valle situado a los pies del Matterhorn.
La iniciativa, impulsada por el diseñador y hotelero local Heinz Julen, plantea levantar una torre de acero y cristal sobre terrenos agrícolas situados a unos 800 metros del núcleo urbano, a 1.500 metros de altitud. El edificio ocuparía una base relativamente compacta, de 40 por 40 metros, pero su altura lo convertiría en uno de los rascacielos más altos de Europa occidental.
El objetivo declarado del proyecto es crear vivienda asequible, especialmente para los trabajadores de temporada, un colectivo clave para el funcionamiento de la estación de esquí y del sector turístico local. Según el planteamiento actual, entre las plantas 2 y 32 se destinarían a alojamiento de precio moderado para residentes y empleados, mientras que las plantas superiores, de la 33 a la 62, albergarían apartamentos de lujo con vistas directas al Cervino, orientados principalmente a compradores extranjeros.
“El Lina Peak es una válvula de escape para Zermatt, crea espacio y reduce la presión sobre el pueblo”, ha defendido Julen, que considera el rascacielos una solución para preservar la calidad de vida a largo plazo.
El complejo incluiría además un auditorio para 2.500 personas, comercios, restaurantes, un centro deportivo, piscina pública, guardería y una terraza panorámica accesible mediante ascensores de alta velocidad. El coste estimado del proyecto ronda los 500 millones de francos suizos, con un plazo de construcción de entre cinco y diez años si obtiene luz verde.
No obstante, la propuesta ha generado fuerte controversia. Parte de la población cuestiona que una estructura de estas dimensiones encaje en un entorno caracterizado por chalets de madera, calles estrechas y paisaje alpino protegido. Otros dudan de que los apartamentos de lujo contribuyan realmente a aliviar el problema de vivienda local.
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Antes de avanzar, el proyecto deberá superar importantes obstáculos legales, incluido el cambio de uso del suelo y un referéndum popular, que se activará si se reúnen unas 600 firmas. Solo entonces los cerca de 5.800 habitantes permanentes de Zermatt decidirán si el rascacielos más inesperado de los Alpes se convierte en realidad.
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