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La radiografía viral de Travis Pastrana no es suya

El icono del freestyle y del motor repasa décadas de fracturas, operaciones y conmociones y aclara que la espectacular radiografía viral no es de su cuerpo.

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Proveniente del ámbito de la producción audiovisual, su dilatada experiencia de más de 10 años siguiendo la actualidad de los deportes de acción le ha llevado a convertirse en una de las firmas más reconocidas del panorama nacional en este tipo de disciplinas.
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La imagen que circula en redes con un cuerpo lleno de tornillos y placas no pertenece a Travis Pastrana. El propio piloto lo aclara en su canal de YouTube, Channel 199: existe una radiografía extrema atribuida a él, pero “no es mi cuerpo, no me lo he roto todo”, explica antes de repasar sus cinco peores accidentes y las lesiones que marcaron su carrera.

Aunque... su auténtica “radiografía” real debe ser igual de brutal. Pastrana detalla, por ejemplo, que ha sufrido 40 fracturas repartidas en siete huesos del pie derecho, además de roturas de tibia y peroné en ambas piernas y varias fracturas de meseta tibial —“tres en un lado y dos en el otro”, precisa— que terminaron en un reemplazo de rodilla. A ello se suman tres roturas de ligamento cruzado anterior en una rodilla y dos en la otra, un reemplazo de cadera, pelvis hecha añicos, clavículas rotas varias veces, costillas fracturadas, un codo operado con 11 años y una muñeca fusionada tras incontables caídas.

Entre los golpes más graves, el de Lake Havasu le dejó la columna fracturada y la pelvis destrozada, en una lesión de la que, según le explicaron, solo existían tres casos documentados de supervivencia sin desangrarse ni quedar paralizado. Pastrana pasó cuatro meses en silla de ruedas, pero nueve meses después ya estaba ganando de nuevo en los X Games.

La lista sigue: una caída en Castillo Ranch que combinó fractura de tibia, rotura de LCA y LCP, y otra lesión que acabó con una rodilla de por vida comprometida. En 2022, durante un salto base para un proyecto de “Gymkhana”, volvió a romperse la pelvis, el sacro y el coxis, además de desgarrar la uretra y necesitar cinco transfusiones de sangre. En otra ocasión, un intento de truco terminó en una lesión con 40 fracturas en el medio del pie y seis meses sin poder caminar.

Pese a todo, Pastrana insiste en que las lesiones no deben “arruinar un estilo de vida activo”. Defiende el trabajo constante de fisioterapia, el ejercicio estructurado y métodos como células madre, péptidos, crioterapia o baños de agua fría. Su mensaje, detrás de tanta cicatriz, es claro: no rendirse, buscar opciones y seguir en movimiento.

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