Van der Poel y Pogacar, una primavera casi inmejorable
Van der Poel y Pogacar, los dos grandes protagonistas de la primavera ciclista. Uno, con dos Monumentos. El otro, con uno y una carrera World Tour.
Con la disputa de la Lieja-Bastoña-Lieja, la primavera ciclista, en cuanto a clásicas se refiere (de manera oficiosa) llega a su fin. El triunfador en la cita belga fue Tadej Pogacar, posiblemente uno de los grandes nombres en este periodo ciclista del año... junto a, sin lugar a dudas, Mathieu van der Poel. Hasta el momento, se han disputado cuatro Monumentos en 2024, quedando ya tan solo por celebrarse el Giro de Lombardía, todavía muy lejano, el 12 de octubre. De los ya celebrados, el 75% fueron para el mismo equipo, el Alpecin, y uno de sus corredores repitió. Si la Milán-San Remo fue para el belga Jasper Philpsen, con un Van der Poel estelar de gregario tras bajar el Poggio, en los adoquines el campeón del mundo actuó en primera persona con sus conquistas en el Tour de Flandes y la París-Roubaix.
El neerlandés, que no entiende, ni mucho menos, de maldición de arcoíris al ser el vigente campeón del mundo, solo se puso un dorsal esta temporada en siete ocasiones, todas ellas en clásicas de un día, terminando en cinco de ellas en el podio, porque además de los dos Monumentos también triunfó en la E3 Saxo Classic, además de ser segundo en Gante-Wevelgem y subir al tercer cajón en Lieja, en una carrera, la que cierra el tríptico de las Ardenas, que no se adapta de la mejor manera a su físico, siendo corpulento, pero cuyo resultado en este 2024 abre una puerta de esperanza al futuro... si no está Tadej Pogacar, o al menos a este nivel. Y es que el del UAE, en la primera temporada de su vida, con 25 años, en la que disputará más de una gran vuelta (busca un plan victorioso Giro-Tour que nadie logra desde Pantani en 1998).
Todo calculado al milímetro para ello. Por eso, ‘únicamente’ participó en carreras durante diez días en esta campaña... y suma siete victorias: Strade Bianche, Volta a Catalunya (y cuatro etapas) y la recientemente conquistada Lieja-Bastoña-Lieja. Y en el otro Monumento en el que fue de la partida esta primavera, la Milán-San Remo, terminó tercero. Una primavera, la suya, muy difícilmente mejorable, al igual que la de Mathieu van der Poel. Ambos seleccionaron unos objetivos para esta franja del año y el tiempo les dio la razón. Además, un aspecto importante que no pueden decir sus grandes rivales, desgraciadamente: están evitando las caídas. Roglic, Evenepoel, Van Aert, Vingegaard... todos afectados en estas semanas recientes, especialmente este último, cuya recuperación es la que marcará un posible duelo con Tadej en el Tour de Francia.
Antes, Pogacar piensa únicamente en el Giro de Italia, el que será su estreno en la carrera, después de irse de Lieja con un sabor de boca inmejorable, mucho mejor que en los dos años anteriores: “Fue un día bastante emotivo para mí, pensando en cuando hace dos años no participé en la carrera porque murió la madre de mi novia Urska y en el año pasado cuando me caí. Fueron momentos realmente difíciles para mí y estoy feliz de haber podido ganar nuevamente esta hermosa carrera, corriendo con la madre de Urska en mente”, señaló Pogi, que levantó los dedos al cielo en meta en recuerdo a la madre de Urska Zigart. Su gran rival en la prueba belga, Van der Poel, fue “realista”. “Sé que si Pogačar tiene un buen día, no puedo seguirlo, ni siquiera con mis mejores piernas, lo cual es normal”, dijo el campeón del mundo, de 29 años. Los dos grandes triunfadores de la primavera.
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