Una caída, otra más, que puede cambiar el Tour de Francia
Montonera en el suelo mojado del Dauphiné, con numerosos favoritos al Tour afectados. La etapa, sin ganador, fue neutralizada los últimos 21 km.
En una jornada, la quinta del Dauphiné, bajo la lluvia, todo saltó por los aires sobre el asfalto mojado. Por momentos, recordó a la terrible caída en la Itzulia el pasado mes de abril, principalmente por los protagonistas afectados, aunque parece que en este caso las consecuencias serán menores a falta de distintas pruebas, lo que no evita que varios corredores acabasen en el hospital, con el Visma siguiendo una vez más con su mal fario. A 21 km del desenlace, bajando la Cote de Bel-Air, se produjo una montonera con una larga lista de ciclistas involucrados. Entre ellos, algunos que también estuvieron presentes en la citad caída de la pasada Itzulia, como Evenepoel y Roglic, y otros, como Juan Ayuso, que llegó magullado y con visibles molestias.
En total fueron alrededor de una treintena el número de corredores afectados, con Ayuso y Mikel Landa de los españoles, y dos neerlandeses del Visma, Dylan van Baarle (fractura de clavícula con operación) y Steven Kruijswijk (fractura en la cadera) fueron trasladados al hospital en ambulancia. Los dos estaban en la lista de claros candidatos para acompañar a Vingegaard, si llega, en el Tour. No podrán. Por ese motivo, al no disponer de las ambulancias necesarias para el tramo final de la etapa, la organización decidió neutralizar el camino hasta meta. Ni ganador y todos con el mismo tiempo en la meta de Saint-Priest, llegando hasta el desenlace en una marcha tranquila, con algunos corredores probándose, hablando y bajando al coche a recibir asistencias. Todo esto con el Tour de Francia a la vuelta de la esquina, ya que arranca el próximo 29 de junio en Florencia.
La etapa, una de las más tempraneras de esta edición, arrancó con Evenepoel vestido de amarillo tras su triunfo en la contrarreloj. Con numerosos ataques, especialmente de Le Berre para sumar en las cotas del día (hubo cuatro) de cara a los puntos de la montaña, la jornada estaba siendo relativamente tranquila, siendo la segunda y última oportunidad para los velocistas en esta edición. Todo cambió a 21 km de acabar, y quién sabe si afectó a más allá del propio Dauphiné. El rostro de Juan Ayuso no invitaba al optimismo. Con golpes en cadera y rodilla, su continuidad en la carrera se antoja complicada. Por ahora, el Visma el más perjudicado.
Evenepoel habló en meta como líder de la carrera: “Las imágenes hablan por sí solas, las carreteras estaban súper resbaladizas. El casco me salvó. Tengo algunas lesiones, pero nada grave como hace dos meses. Esperemos que todos se recuperen bien. Es otro día bastante negativo para el ciclismo”. También se pronunció Roglic, segundo en la general tras el belga: “Es una locura, otro gran accidente. Por suerte llegué a la meta. Estoy un poco preocupado porque me he caído en el lado en el que tenía mis problemas del pasado. Necesito comprobar”, La tarde, y principalmente el amanecer de este viernes, será importante para ver los corredores que estarán en el control de firmas. Será una jornada exigente y montañosa, con final en Le Collet d’Allevard (11,2 km al 8,4%), un puerto fuera de categoría. Otra vez, una carrera de supervivencia.
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