Van Aert se redime en Benidorm, Van der Poel se cae y Orts acaba octavo

El ciclismo le debía una a Wout van Aert. Justicia divina, karma. Llámenlo como quieran. Un fatídico pinchazo en la pasada París-Roubaix privó al belga de luchar hasta el final con Mathieu van der Poel por la victoria sobre el empedrado monumento francés, y aunque la magnitud no sea la misma, el belga cerró heridas este domingo con un triunfo balsámico en la Copa del Mundo de ciclocross de Benidorm. Van Aert se desquitó no sólo de aquello, sino también de lo ocurrido aquí el año pasado ante su archirrival, cuando cedió en el esprint final por un posicionamiento mejorable. En esta ocasión no sucumbió ante nada, ni siquiera ante una caída en la última vuelta que enmudeció a la afición belga, la más ruidosa de las 17.000 personas que se dieron cita en la prueba. Casualidades del destino, ese mismo percance acabó con las opciones de Van der Poel minutos antes (fue 5º). La vida.

A última hora hubo un cambio de guion que no estaba previsto. Y es que tanto Van Aert como Van der Poel (problemas con la cadena) se enredaron en la salida, lo que les obligó a remontar desde los primeros compases de carrera. Más emoción. También para la afición española, cuyas pulsaciones se elevaban al ver a Felipe Orts en la octava posición. Después, sexto. Y en la segunda vuelta… ¡Tercero! Para entonces, el liderato había cambiado de mano varias veces, entre hombres como Sweeck y Ronhaar, hasta que se desató la tormenta…

Y no precisamente desde el cielo. Van Aert pasó a la acción y eso hizo que se formase la primera selección de los ‘gallos’. Grupo de seis comandado por el belga y que cerraba, yendo de menos a más, Van der Poel. Pidcock y Orts pasaron a ser perseguidores en el segundo grupo. Minutos más tarde, únicamente un invitado inesperado aspiraba a cuestionar el duopolio de belga y neerlandés: Thibau Nys. El hijo de la leyenda, capaz de lo mejor y lo peor, se mantuvo a su estela, pero en cuanto Van der Poel atacó en la subida claudicó. Sólo Van Aert respondió al órdago. El eterno duelo estaba servido.

Uno más uno son siete

Todo hacía indicar que desde el ecuador de carrera viviríamos un mano a mano entre los dos gigantes, pero nada más lejos de la realidad. Su tremenda igualdad hizo que levantaran el pie del acelerador, por lo que dos invitados se unieron a la fiesta: Vanthourenhout y Pidcock. Los cuatro especularon y el grupo cabecero creció con la llegada de Iserbyt, Nys, Vandebosch y Orts. Fue entonces cuando ocurrió… A la salida del banco de arena, Van der Poel se iba al suelo al impactar contra un poste, circunstancia que aprovechó Van Aert para atacar en la subida y separar el grano de la paja. Sólo Vanthourenhout pudo seguirle. Van der Poel, décimo a unos 20 segundos, decía adiós a falta de una vuelta.

Todo estaba resuelto, pero dicen que sin sufrimiento no hay victoria. Cuando Van Aert se encaminaba a la victoria, el corazón de la afición belga, más multitudinaria que la neerlandesa, dio un vuelco. Justo después de superar la zona de tablones, Van Aert sufría una caída al hacer la transición para subirse de nuevo a la bici. Vanthourenhout se acercó, pero la ventaja del belga, que cruzó la meta sin sillín debido al golpe, era demasiado grande como para caer derrotado en el último momento. El podio lo cerró Nys al esprint después de que Iserbyt (se quedó a 6 puntos de ganar la general de Copa del Mundo) le adelantase de forma bestial en el sector final, mientras que Orts, exultante, entró 8° para mejorar un puesto su resultado de 2023. Benidorm tuvo su ‘Ciclocross Fest’. Y por todo lo alto.

MotoGP Van Empel, reina Alvarado

La carrera élite femenina no anduvo lejos términos de emoción. Eso sí, las mejores impusieron su ley desde los primeros compases. Tanto Puck Pieterse como Fem van Empel apretaron a Ceylin Alvarado, que perdió contacto con sus compatriotas neerlandesas en varias ocasiones. Las dos primeras especularon durante gran parte de la carrera, lo que permitió a Alvarado unirse a ellas al comienzo de la última vuelta. Ceylin trató de atacarlas por sorpresa, pero en la subida dijo definitivamente adiós a sus opciones ante el cambio de ritmo de sus rivales.

Finalmente, Van Empel, campeona del mundo, se llevó la victoria gracias a un interior digno de MotoGP en el sector final del circuito y en el que llegó a tocarse ligeramente con Pieterse. Al límite, pero nada punible. El premio a la perseverancia fue para Alvarado, que certificó de forma matemática su triunfo en la general de Copa del Mundo a falta de una prueba (Hoogerheide, 28 de enero).

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