Van Aert se la devuelve a Van der Poel en un final para recordar

La historia interminable. Otra vez, como si fuera una repetición del día anterior, como si no se cansaran. Desde la primera vuelta a la última, Wout van Aert y Mathieu van der Poel se pusieron a los mandos, al frente de un pelotón que, salvo contadas excepciones, como la del campeón mundial, Tom Pidcock, sabe cuál es su lugar cuando las bestias deciden bajarse al barro. Se han medido en más de 200 ocasiones y cada una resulta sorprendente. No hay dos iguales. Hoy, en el Superprestigio de Heusden-Zolder, todo parecía destinado a una resolución poco habitual, a un esprint que, finalmente, no se dio como tal. En los últimos metros, y tras un gran esfuerzo inmediatamente anterior de descolgar a su némesis, a Van der Poel se le iba el pie del pedal. Van Aert, que lo había visto por el rabillo del ojo, entraba triunfante a meta con algo más de calma, celebrando su 57ª victoria sobre el corredor del Alpecin. Vaya dos.

Su última vuelta en el circuito de Zolder quedará para el recuerdo. Vatios por doquier, dos fuerzas de la naturaleza capaces de dominar por tierra, mar y aire. Van der Poel delante y Van Aert detrás, siempre a unos tres segundos. Control, examen exhaustivo mutuo, como si todavía no se conocieran. Siempre se puede identificar esa debilidad puntual que, a la hora de la verdad, lo decida todo. La paciencia de Wout, derrotado ayer en la Copa del Mundo de Gavere, encontraba premio. Mathieu, con ganas de liderar en el tramo final de la carrera, embestía con fuerza para romper definitivamente la persecución. El neerlandés, sin embargo, no lo conseguía. Se quedaba a medias en cada ataque. Y, finalmente, aparecía ese resquicio que, cuando todo está tan igualado, termina decantando la balanza. En una subida embarrada, húmeda, la bicicleta de Van der Poel, por segunda vez seguida, se deslizaba cruelmente. Fallo técnico, de los que matan. Van Aert, que tanto lo había esperado, aceleraba por su derecha. Game over.

“Fue estresante durante toda la carrera. Mathieu la abrió y creo que ambos sentimos que no nos íbamos a despegar el uno del otro hoy. En la segunda mitad, sólo me preocupaba qué táctica usaría. Quería que fuera un esprint largo, así que pensé que era mejor estar en la segunda posición”, analizaba Van Aert en línea de meta, antes de ir a celebrar la victoria con los suyos, en pleno atardecer. El año pasado, ya ganó en el circuito; Van der Poel, por su parto, lo hizo de forma seguida entre 2017 y 2020. En el presente atracón navideño, en duelos directos, van dos triunfos para el belga (Mol y el de hoy) y dos para el neerlandés (Amberes y ayer). Toma y daca. Insaciables.

Tras ellos, en un plano más terrenal, llegaban Lars van der Haar, ahora líder en solitario de la general, y un Pidcock lastrado desde la salida, incapaz de responder a los ataques iniciales de sus compañeros de carretera. Finalmente, también, incapaz de repetir la foto del día anterior, la del big-three en el podio, tan habitual en estas fechas. La seguirá buscando mañana, en el Superprestigio de Diegem (20:35, Eurosport), y el viernes, como cierre del año, en el Exact Cross de Loenhout. Hoy, en la cuarta vuelta, ya se veía a treinta segundos del dúo atómico, sin intención de aflojar. En la sexta, ya con 40″ para la bicefalia, el podio se ponía en disputa. El maillot arcoíris lucía colores con fuerza, pero no con la suficiente como para noquear a Michael Vanthourenthout y Van der Haar, con un puntito más. Asoma el tercer asalto en tres días. Imprevisible dentro de los previsible, como todo en el barro.

Clasificación Superprestigio de Heusden-Zolder

1º Wout van Aert (BEL) - 1:02:30

2º Mathieu van der Poel (PPBB) - a 6″

3º Lars van der Haar (PPBB) - 16″

4º Thomas Pidcock (GBR) - 20″

5º Michael Vanthourenhout (BEL) - 1:05′

15º Felipe Orts (ESP) - 2:48′

General

1º Lars van der Haar (PPBB) - 68 puntos

2º Laurens Sweeck (BEL) - 63

3º Michael Vanthourenhout (BEL) - 60