Sebastián Mora: “Ojalá tache la casilla de los Juegos Olímpicos”

Sin especular, llevando el peso de la carrera. Sebastián Mora (Vila-real, 1988), en junio, se subió al podio de los Juegos Europeos de Múnich, colgándose su séptima presea continental. Dos meses antes, también en tierras germanas, se había roto la clavícula en una caída. Las heridas, muy aparatosas, seguían ahí, debajo del maillot, y dolían, pero, a pocas vueltas del final, “cuando uno ve la medalla ahí”, todo lo malo se olvida un poco. Ya sin molestias (”me noto mucho más estable”), llega a los Mundiales de Saint-Quentin-en-Yvelines (Francia), desde este miércoles al domingo (Eurosport), donde competirá en las pruebas de persecución por equipos, ómnium y scratch. Con él, otros trece representantes españoles. Antes de la cita francesa, con cierto aroma a Juegos Olímpicos (”en algún momento de la competición puede que me imagine en ellos”), Mora atiende a AS.

“Me faltaba estabilidad, me dolía la escápula, no podía levantarme para esprintar”, reveló tras colgarse el bronce en Múnich. ¿Cómo está?

Mucho mejor. En la rehabilitación, tanto en el gimnasio como fuera de él, hemos hecho mucho trabajo de estabilización y fortalecimiento de hombro, bíceps, escápula, etc., de toda la parte de la espalda que se había debilitado en la caída. Me noto mucho más estable. Noto un tono muscular mucho mejor que en Múnich y no me molesta mucho la placa, que siempre es buena señal.

Qué sufrimiento...

Fue bastante duro. Cuando uno ve la medalla ahí, arrastrando casi treinta vueltas... Era arriesgado, estar allí ya era la primera victoria y el resultado engrandeció todo aún más.

Sus imágenes tras la caída son impactantes. Entre ellas y la medalla, sólo dos meses de diferencia. ¿Qué hizo? Parece un milagro.

Sí, sí... Bueno, más que un milagro fue un trabajo diario muy grande. Al principio, con mucha desesperación por mi parte, pero los médicos me transmitían tranquilidad. Cuando ya me dieron un poco más de libertad, yo me encontré mejor encima de la bicicleta. Estuve como cinco días en casa entrenando y me fui a Sierra Nevada, al CAR de Granada. Allí, con el fisio y entrenadores, hacía tres sesiones al día: fisio y ruta, gimnasio y, de nuevo, bici con el rodillo. Fueron dos meses muy intensos para llegar a Múnich.

En Alemania, consiguió su séptima medalla continental. Ahora, puede alcanzar esa cifra en Mundiales.

¿Sí? No lo había ni calculado. A veces, ya... Es un buen dato, motivador. Se me ponen hasta los pelos de punta al pensarlo. Fue la séptima, la novena en total, si tenemos en cuenta los Europeos sub-23, y ojalá llegue otra medalla en el Mundial, porque yo creo que hace falta. No sólo para mí, también para el ciclismo en pista a nivel español. Hace falta que estemos de nuevo en el medallero y en lo más alto.

¿Cómo ha estructurado la preparación para Francia?

Pues... ahora, también he empezado en la Universidad Jaume I (Ciencias de la Actividad Física y del Deporte) y hay que combinar estudios con entrenamientos. He estado haciendo sesión matutina, clases y, luego, de vuelta a los entrenos, combinando tanto fondo como intensidad. A medida que se acerca la competición, realizamos series más cortas e intensas, más velocidad, sesiones más parecidas a la competición.

¡Qué momento para empezar una carrera universitaria!

Sí, al verdad es que sí, pero es bonito. Los propios compañeros de clase me dicen que les motiva estar conmigo en clase. Eso, para mí, es un plus. Ellos mismos me animan para que salga a entrenar.

Los Juegos también serán en Francia. ¿Añade eso un significado especial?

Sí. Por una parte, lo pienso y, sí, lo puedes asemejar, puedes hacerte tus ideas mentales de cara a unos Juegos Olímpicos, pero hay que ser cauto. Este Mundial no es clasificatorio para los Juegos, aunque es importante para empezar el camino con buen pie. Ahora mismo, faltan cosas por mejorar. No es un velódromo nuevo, hemos estado en otras competiciones, pero en algún momento de la competición puede que me imagine en esa misma situación en los Juegos.

Su currículum es brillante. ¿Siente que la medalla olímpica es lo único que le falta?

Sí, yo creo que sí. Primero hay que ser realistas y hacer un gran trabajo para la clasificación, que es muy dura y muy difícil. Una vez dentro, cuando lo piensas, sí aparece esa casilla, esa medalla olímpica, del color que sea. Es un sueño muy difícil, por eso se valora tanto a los medallistas olímpicos en todos los deportes, y estaría muy bonito. Primero, eso sí, hay que tener los pies en el suelo y trabajar para la clasificación. Cuando esté todo bien hecho, ojalá que tachemos esa casilla.