CICLISMO | VUELTA A BURGOS

Primoz Roglic prepara el asalto a su cuarta Vuelta a España en Burgos

Roglic compite en su primera Vuelta a Burgos como test previo a La Vuelta. “Estoy emocionado, es importante volver a coger el ritmo”, cuenta a AS el esloveno.

Burgos
JENNIFER LORENZINIREUTERS

Doce de la mañana, Villalba de Duero, pequeño municipio burgalés. Ahí se dejó ver Javier Guillén, director de La Vuelta, con motivo del comienzo de la Vuelta a Burgos, carrera que en los últimos años ha servido a muchos corredores para afinar su puesta a punto de cara a la ronda española. La 45ª edición de la prueba burgalesa no es una excepción. La línea de salida iba de figuras internacionales como Adam Yates, Aleksandr Vlasov o Damiano Caruso, entre otros, hasta un campeón del mundo en pista como Iúri Leitão, portugués del equipo Caja Rural que llegaba tras colgarse el oro en Glasgow en omnium. Ahí no quedaba la cosa. A la llamada de Burgos también acudió un campeón olímpico, del Giro de Italia y La Vuelta. Nadie se lo quería perder.

Hablamos, por supuesto, de Primoz Roglic. El esloveno (33 años) debuta en la Vuelta a Burgos, pero no es la primera vez que compite aquí. La ciudad castellana le trae buenos recuerdos al del Jumbo-Visma desde 2021, cuando en la etapa inaugural de La Vuelta ganó la contrarreloj para vestirse de rojo: “Es la primera vez que hago esta carrera. Estoy ansioso. Tengo buenos recuerdos de Burgos del inicio de La Vuelta en 2021. Espero tener una buena carrera esta semana”. Esa es la razón por la que Roglic compite en esta cita, para perfilar su estado de formar para una Vuelta que ha preparado con mimo desde hace semanas con concentraciones en altitud en Francia. “Estoy emocionado. Es bueno volver a competir, no solo entrenar, así que espero con ansias el comienzo y estos días”, explicó el esloveno a AS en los minutos previos a la salida de la primera etapa.

Roglic firma un autógrafo a un joven aficionado en Villalba de Duero.Vuelta a Burgos

Pese a ser sólo cinco días, para un Primoz que no compite desde que se proclamase campeón del Giro el pasado 28 de mayo, el hecho de comenzar a adaptarse al calor actual, las carreteras y los puertos propios de la geografía española será toda una ventaja para las tres semanas de competición que están por venir en la última grande de la temporada (26 de agosto al 17 de septiembre). “Exactamente, esta es una buena preparación. Como dije, hicimos un poco de entrenamiento, pero ahora es el momento seguro de comenzar a correr. Es importante volver a coger el ritmo. Este será el último paso para construir la preparación de La Vuelta”, analizó el esloveno, antes de afrontar varios test que serán de suma importancia para él.

Uno de ellos, una crono por equipos muy similar a la que dará el pistoletazo de salida a La Vuelta en Barcelona. Las dos pruebas de fuego real, si bien en la ronda española habrá ascensiones más largas y exigentes, serán dos puertos clásicos de la Vuelta a Burgos: el Picón Blanco y Las Lagunas de Neila. El primero se corona a casi 40 km de meta, pero dejará el grupo de cabeza en un grupo de elegidos; el segundo, con sus 7 km al casi 9% de promedio, será el final de la etapa reina, el próximo sábado. Palabras mayores. Sin embargo, despreocupado, Roglic prefiere ir día a día, sin marcarse objetivos: “Si soy sincero, no he mirado a ninguna etapa en concreto. Trataré de dar lo mejor de mí”. Después del año que lleva (ha ganado Tirreno, Cataluña y Giro, las tres carreras en las que ha competido), nadie lo duda.

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